Cómo recuperar el aspecto de la mama tras un cáncer

El cáncer de mama es el más frecuente en la mujer, tanto que, según datos de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) se estima que una de cada ocho mujeres desarrollará uno a lo largo de su vida. Una vez que ginecólogo y radiólogo dan su diagnóstico enfrentarse al cáncer es complicado y el inicio de una carrera contra reloj.

El tratamiento quirúrgico es realizado por cirujanos especializados, siendo posible en muchos casos realizar cirugía conservadora sin precisar extirpación completa de la mama. Finalmente son los oncólogos los responsables del seguimiento de las pacientes y la terapia adyuvante, cuando es necesaria.

En aquellos casos que sí es necesario extirpar la mama las pacientes no solo tienen que hacer frente a la propia enfermedad sino también al cambio de sus cuerpos. El aspecto del pecho tras someterte a una mastectomía se convierte en una de las principales preocupaciones.

Las mujeres que eligen reconstruirse los senos tienen varias opciones. Según el Instituto Nacional del Cáncer, los senos pueden reconstruirse usando implantes de solución salina o de silicona. Pueden también reconstruirse usando tejido autógeno, es decir, el tejido de otros lugares del cuerpo. Algunas veces se usan tanto los implantes como el tejido autógeno para reconstruir el seno.

Después de que sana el pecho de la cirugía de reconstrucción, se puede reconstruir el pezón y la aréola. Esto se hace normalmente con tinta para tatuajes.

Micropigmentación paramédica

La micropigmentación paramédica de areolas es un tratamiento indicado para las personas que han sufrido una mastectomía, se trata de una reconstrucción de las areolas mamarias que, además de suponer una mejora estética para la paciente, también lo es anímica.

«El proceso sigue la misma técnica que la micropigmentación facial o el maquillaje semipermanente, se lleva a cabo sobre las capas superficiales de la piel, y con anestesia tópica, ya que los pigmentos se introducen en una parte superficial de la piel y es casi indolora», explica Mónica Aránguez, técnico en micropigmentación y microblading.

La experta afirma que los tonos utilizados para rediseñar el pezón, están adaptados a cada tipo de piel con lo que se consigue un efecto natural que visualmente da sensación de textura, como la de un pezón real. «Suelen acudir a mí solicitando información sobre estos tratamientos pacientes a las que ya les han dado el alta médica y pueden hacerse la micro sin problemas. Muchas de ellas me comentan que después del tratamiento su estado de ánimo sube muchísimo, recuperan el autoestima y dejan de sentir complejos », confirma Aránguez.

La conexión y el entendimiento entre profesional y paciente en este tipo de tratamientos es muy importante para conseguir un resultado natural y una mayor satisfacción emocional. Por ello, antes de llevarse a cabo se realiza una valoración con un diseño previo y una elección de color que esté en consonancia con el que busca la paciente y también con su tono de piel. «La noticia de que tenía cáncer fue un golpe muy duro, lo pasé muy mal. Con la micropigmentación me siento más segura. Tras la mastectomía me hice la reconstrucción de la mama y después, decidí dar el paso de la micro. Estoy muy contenta con él, se lo recomiendo a otras mujeres que hayan pasado por la misma situación», afirma una paciente a la que le diagnosticaron cáncer de mama a los 62 años.