Día Mundial de la Audición Desmontando bulos: ni solo los mayores pierden audición ni los audífonos agravan la sordera
Los equipos de audiólogos de Oticon y Clínica Universidad de Navarra han elaborado un decálogo con los principales mitos
Con motivo del Día Mundial de la Audición, que se conmemora cada 3 de marzo, Oticon, líder tecnológico en el desarrollo de audífonos, en colaboración con Clínica Universidad de Navarra, ha presentado el informe Cómo vivir en la onda: mitos sobre la audición y los audífonos en el que pone sobre la mesa las falsas creencias sobre la audición y los audífonos que retrasan el diagnóstico de la pérdida auditiva y, por tanto, limitan el acceso de las personas que la sufren a un tratamiento que mejore su calidad de vida.
Los equipos de audiólogos de Oticon y Clínica Universidad de Navarra han elaborado un listado con los principales bulos y falsedades que existen en torno a la audición y los audífonos.
1. La pérdida auditiva no influye en la calidad de vida ni en la salud: la pérdida auditiva puede afectar a todas las esferas de la vida de la persona que la sufre y a otros aspectos de su salud si no es tratada de manera adecuada. En primer lugar, en niños, si no se detecta de forma temprana y se pone solución cuanto antes, puede haber dificultades en el desarrollo y la adquisición del lenguaje. Por otro lado, se sabe que la hipoacusia –tanto leve, como moderada, grave o profunda– puede desencadenar importantes problemas añadidos de deterioro cognitivo que afectan a la calidad de vida de las personas que la sufren, ya que puede conducir a aislamiento social, depresión, ansiedad y estrés. Además, según datos recopilados por Oticon, el riesgo de sufrir demencia se multiplica por cinco para la pérdida auditiva de severa a profunda, por tres para la pérdida auditiva moderada y por dos para la pérdida auditiva leve. Por todo ello, es tan necesario cuidar la audición, ya que ayuda a escuchar, charlar, reír y mucho más. El sonido estimula el cerebro, mientras que las conversaciones y los eventos sociales mantienen las facultades en óptimas condiciones.
2. Como la pérdida auditiva va unida a hacerse mayor, no se puede prevenir: aunque es cierto que el envejecimiento va unido al deterioro de las células ciliadas responsables de la audición, cada vez se están viendo más casos a edades más tempranas como consecuencia de la exposición continuada a ruidos excesivos y otros factores de riesgo. De hecho, según datos de la OMS, más de 1.000 millones de personas en todo el mundo con edades comprendidas entre los 12 y los 35 años están en riesgo de perder la audición debido a la exposición prolongada y excesiva al escuchar música con elevados niveles de volumen tanto en espacios recreativos (clubes nocturnos, bares, conciertos o eventos deportivos) como a través de dispositivos de audio personales. Todo esto significa que la pérdida auditiva se puede prevenir si se siguen unas adecuadas medidas de protección frente al ruido y se evita la exposición a volúmenes excesivamente altos durante un tiempo prolongado.
3. La pérdida auditiva no afectará a mis relaciones laborales y sociales: la pérdida auditiva diagnosticada por un profesional de la audición, como el audiólogo, y tratada con una solución recomendada por este, no tiene por qué ser un impedimento para que la persona que la sufre mantenga sus relaciones laborares y sociales. Simplemente, requerirá una mínima adaptación tanto a los dispositivos que facilitan la escucha como a las diferentes situaciones sonoras: conversaciones, conferencias, conciertos, cine, teatro, hablar por teléfono, etc. De no tratarse de forma temprana y adecuada, la pérdida auditiva puede dificultar las relaciones de la persona, ya que suele tener problemas para comunicarse y puede acabar aislándose.
De no tratarse de forma temprana y adecuada, la pérdida auditiva puede dificultar las relaciones de la persona
4. No es necesario ponerse un audífono si oigo algo todavía: muchas personas piensan que es necesario tener una pérdida auditiva grave para usar un audífono. De hecho, según el estudio, una de cada cinco personas esperaría a que realmente fuera un problema para ponerse un dispositivo. Sin embargo, lo cierto es que, ante una pérdida auditiva leve, el audiólogo valorará la necesidad de emplearlos en función del tipo de pérdida, las circunstancias personales de cada individuo, su edad, etc. Lo importante en el diagnóstico de una pérdida auditiva es conseguir que la persona vuelva a oír aquellos sonidos que ha dejado de percibir de forma natural.
Algunas afecciones médicas o el uso de ciertos fármacos pueden causar tinnitus
5. Solo las personas con problemas de audición sufren tinnitus: las personas con pérdida auditiva pueden padecer tinnitus, pero también es posible sufrirlo sin tener pérdida auditiva. La exposición a ruidos muy intensos, como un concierto de rock o una explosión, puede desencadenar un zumbido temporal en los oídos. Asimismo, algunas afecciones médicas o el uso de ciertos fármacos pueden causar tinnitus. En estos casos, aunque no haya sospecha de pérdida auditiva, será necesario ser examinado por un audiólogo.
6. El principal órgano de la audición es el oído: el cerebro humano juega un papel importante en el proceso de captación de la información sonora, lo que le convierte en el verdadero protagonista de la audición, por encima del propio oído. Sin embargo, más de la mitad de la población considera que el órgano protagonista del proceso de escucha es el oído, cuando en realidad es el cerebro, según el mencionado estudio.
El cerebro es el órgano que se ocupa de interpretar la información sonora que nos llega a través del oído. Por tanto, el cuidado de los oídos juega un papel fundamental para la salud cerebral a largo plazo y una detección precoz de cualquier problema de audición es imprescindible para garantizar el bienestar futuro de la persona y la prevención del deterioro cognitivo.
7. Un audífono solucionará la pérdida auditiva: los audífonos no corrigen la pérdida auditiva sino que ayudan a reconocer y comprender con más facilidad los sonidos y las palabras para poder concentrarse en la conversación. Lo importante en este sentido es que el audiólogo determine cuáles son las necesidades en cada caso y realice los ajustes necesarios para su funcionamiento óptimo.
8. El audífono es un dispositivo poco atractivo que me hará parecer mayor: es una falsa creencia el pensar que los audífonos son de personas mayores, puesto que uno de cada seis adultos puede tener algún grado de pérdida auditiva como consecuencia de los estilos de vida que se siguen en la actualidad, que hacen que los problemas de audición se manifiesten a edades más tempranas. Hoy en día los audífonos son elegantes, modernos y, sobre todo, casi invisibles, con distintas aplicaciones que se adaptan a cada estilo de vida, preferencias de diseño y presupuesto. Permiten programarlos y analizar los sonidos de forma inteligente en función del tipo de pérdida auditiva y los sonidos que capte cada persona. Además, gracias a su discreto diseño, pueden pasar desapercibidos y que la gente no los note.
9. Los audífonos son incómodos y difíciles de usar y no me permitirán oír en todos los lugares: la tecnología empleada en los audífonos es cada vez más innovadora y funcional y tiene como objetivo facilitar la vida de las personas que los necesitan para que puedan sacarle el máximo provecho en las distintas situaciones sonoras. Gracias a ellos, hoy en día es posible practicar deportes, asistir a conferencias, disfrutar de una película o una obra de teatro, seguir una conversación en un restaurante, ir a un concierto o viajar en avión. El audiólogo no solo deberá ajustar el audífono y adaptarlo a cada persona, sino que la ayudará en el proceso de adaptación de uso y estará disponible para cualquier duda que pueda surgir al usuario sobre su empleo y mantenimiento.
10. Los audífonos pueden aumentar la pérdida auditiva e incluso provocar otros problemas de audición: es una falsa creencia que estos dispositivos generen una dependencia al oído que acabe por incrementar el grado de pérdida auditiva, puesto que el audífono solo proporciona al oído los sonidos que este no oye de otra manera y que el cerebro puede acabar olvidando si no sigue recibiéndolos. Tampoco es cierto que cause otros problemas de audición, como es el caso de lo que se piensa con el tinnitus. Al contrario, los audífonos son una gran ayuda. Los nuevos desarrollos en la tecnología de audífonos pueden gestionar la pérdida auditiva y los síntomas del tinnitus, aumentando los sonidos externos y enmascarando los sonidos internos del tinnitus.