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¿Se pueden generar nuevas neuronas a partir de los 80 años?

Un estudio sugiere que una dieta baja en carbohidratos podría ayudar en los cerebros envejecidos

La mayoría de las neuronas del cerebro humano duran toda la vida, perderlas significa el olvido. Un estudio en el que participó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CISC), publicado en 2019 en la revista Nature Medicine, demostró que una región del cerebro humano, conocida como giro dentado, produce nuevas neuronas hasta cerca de lo 90 años. María Llorens-Martín, investigadora en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, explicaba: «A pesar de producirse una ligera reducción en la cantidad de neuronas generadas durante el envejecimiento, un gran número de estas se encuentra aún presente en el giro dentado de individuos que no padecen ninguna enfermedad neurológica, al menos hasta los 87 años de edad».

Ahora, un nuevo estudio de Stanford Medicine, publicado el 2 de octubre en Nature, refuerza la investigación anterior y afirma que en el cerebro adulto todavía se producen algunas neuronas nuevas a partir de una población de células llamadas células madre neurales. La investigación, dirigida por la profesora de genética Anne Brunet, arroja nueva luz sobre cómo y por qué las células se vuelven menos activas a medida que el cerebro envejece.

El equipo de la doctora Brunet utilizó herramientas moleculares que permiten a los científicos editar con precisión el código genético de células vivas, para realizar una búsqueda en todo el genoma de genes que, cuando se eliminan, aumentan la activación de las células madre neuronales en muestras cultivadas de ratones viejos, pero no de ratones jóvenes.

«Primero encontramos 300 genes que tenían esta capacidad, lo cual es mucho», afirma Brunet. Después de reducir la lista de candidatos a tan solo diez, «uno en particular nos llamó la atención. Era el gen del transportador de glucosa conocido como proteína GLUT4, lo que sugiere que los niveles elevados de glucosa en las células madre neuronales viejas y alrededor de ellas podrían mantener inactivas a esas células».

Cerebros dinámicos

Tyson Ruetz, investigador en el laboratorio de Brunet y coautor del artículo, afirma: «Hay partes del cerebro, como el hipocampo y el bulbo olfatorio, donde muchas neuronas tienen vidas más cortas, donde mueren regularmente y pueden ser reemplazadas por otras nuevas», y añade: «En estas partes más dinámicas del cerebro, al menos en cerebros jóvenes y saludables, nuevas neuronas nacen constantemente y las neuronas más transitorias son reemplazadas por otras nuevas».

Ruetz, ahora asesor científico y cofundador de ReneuBio, desarrolló una forma de probar las vías genéticas recién identificadas in vivo, «donde los resultados realmente cuentan», dijo Brunet.

Ruetz aprovechó la distancia entre la parte del cerebro donde se activan las células madre neuronales, la zona subventricular, y el lugar al que proliferan y migran las nuevas células, el bulbo olfatorio, que se encuentra a muchos milímetros de distancia en el cerebro de un ratón. Al eliminar los genes transportadores de glucosa en la primera, esperar varias semanas y luego contar el número de neuronas nuevas en el bulbo olfatorio, el equipo demostró que la eliminación del gen efectivamente tenía un efecto activador y proliferativo en las células madre neuronales, lo que llevó a un aumento significativo en la producción de nuevas neuronas en ratones vivos. Con la intervención superior, observaron un aumento de más del doble en las neuronas recién nacidas en ratones viejos.

«Nos permite observar tres funciones clave de las células madre neuronales», dijo Ruetz quien añadió: «Primero, podemos decir que están proliferando. Segundo, podemos ver que están migrando al bulbo olfatorio, donde se supone que deberían estar. Y tercero, podemos ver que están formando nuevas neuronas en ese sitio».

Ruetz dijo que la misma técnica también podría aplicarse a los estudios sobre el daño cerebral: «Las células madre neuronales en la zona subventricular también se encargan de reparar el daño del tejido cerebral causado por un accidente cerebrovascular o una lesión cerebral traumática».

Dieta baja en carbohidratos

La conexión con el transportador de glucosa «es un hallazgo esperanzador», dijo Brunet. Por un lado, sugiere no solo la posibilidad de diseñar terapias farmacéuticas o genéticas para activar el crecimiento de nuevas neuronas en cerebros viejos o lesionados, sino también la posibilidad de desarrollar intervenciones conductuales más simples, como una dieta baja en carbohidratos que podría ajustar la cantidad de glucosa absorbida por las células madre neuronales viejas.

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