Salud
¿Por qué la gente llora en los aviones? La tristeza y las alturas están relacionadas
El llanto en los aviones puede tener causas físicas y biológicas
Al subirnos a un vuelo solemos ver a muchas personas haciendo cosas distintas. Y, si te has fijado, es muy probable que hayas visto en más de una ocasión a personas llorando, ya sea porque se han despedido de alguien a quien quieren o porque se sienten nostálgicos por algún motivo. Pero lo que mucha gente desconoce es que es posible que haya una explicación psicológica de por qué la gente llora en los vuelos.
«Llorar en un avión suele ser una respuesta emocional natural a una variedad de situaciones que pueden ocurrir durante el viaje». Explica Adelga González Marín, Doctora en psicología y presidenta de la Asociación Española de Psicología de la Aviación en declaraciones recogidas por El País. Añade que muchas veces cuando estamos a punto de hacer un viaje nos encontramos con situaciones como una despedida, un reencuentro o frente a un cambio en nuestras vidas, por lo que, naturalmente, son situaciones que pueden mover los sentimientos de las personas.
Asimismo, también entra en juego lo que un vuelo y estar a miles de kilómetros de altura supone. A muchas personas les da miedo o ansiedad viajar en avión, sobre todo porque nada de lo que ocurre está bajo el control del pasajero, o por miedo a que ocurra un accidente. «Estas emociones pueden provocar llorar como una respuesta natural al estrés» Explica la doctora González.
A esto se le añade que viajar puede ser una actividad agotadora, especialmente si se hace con frecuencia o si se trata de vuelos particularmente largos. Además, muchas veces no se viaja particularmente cómodo, lo que puede hacer que te sientas más cansado y disgustado con toda la situación. Así lo explica la González, que añade que «el cansancio y la fatiga pueden aumentar la sensibilidad emocional».
De esta manera, la Dra. González recomienda que aquellos que sean propensos a llorar en vuelos eviten hacer o ver cosas que puedan propulsar esa emocionalidad. Es decir, no ver películas tristes o escuchar canciones que den ganas de llorar. El artículo académico The Riddle of Human Emotional Crying: A Challenge for Emotion Researchers (El enigma del llanto emocional humano: un desafío para los investigadores de las emociones) explica que el escenario que se crea en un vuelo, todos frente a una pantalla y con auriculares, puede crear una percepción de soledad en los pasajeros que hace que la persona se sienta más libre para llorar. De la misma manera, un vuelo es un espacio en el que las personas tienen mucho tiempo consigo, y alejados de la cotidianidad se crea un ambiente perfecto para pensar en las emociones, miedos, preocupaciones.
Más allá de esta explicación psicológica, hay una explicación física y biológica. Así lo manifestó Tara Swart en un artículo de Traveler. En este explica que «la presión atmosférica más baja de lo habitual típica de los aviones provoca una hipoxia leve en el cerebro (niveles bajos de oxígeno). Esto afecta a nuestra cognición y nos hace menos capaces de regular nuestras emociones y gestionar el estrés. Esto suele manifestarse en personas que lloran al ver películas tristes o que, en general, se sienten nerviosas».
Recomendaciones
Los doctores y psicólogos realmente no recomiendan evitar llorar. «Puede ser una forma muy saludable de combatir el estrés del vuelo y liberar las tensiones. Para evitar los nervios se pueden hacer ejercicios de respiración en el embarque o tomar alguna infusión relajante que alivie la tensión del miedo a la que se añade la del viaje (...) llorar es una forma de autogestión mucho mejor que chillar», señala Anabel Fernández Álvarez, psicoterapeuta y psicóloga aeronáutica también en declaraciones recogidas por El País.
La doctora González Marín añade que si bien es cierto que no hay ningún asiento en el avión que ayude con el llanto, o que lo evite, hay algunos sitios de una aeronave que pueden ayudar a los pasajeros a sentirse mejor emocionalmente. Por ejemplo, los asientos cerca de las alas tienden a sufrir menos turbulencia, por lo que si te preocupa o te da ansiedad esto, podrías sentirte más cómodo en este lugar.
Asimismo, ocurre con los asientos junto a la ventana. Para algunas personas es relajante y consolador mirar por la ventana. Para otras, puede ser causante de ansiedad o estrés al ver la altura. También recomienda que, si el ruido y las vibraciones pueden ser un detonador para sentimientos que puedan causar el llanto, el lugar indicado es la parte delantera del avión, ya que ahí se experimenta menos este tipo de cosas. Por último, explica que si se sufre fobia a espacios pequeños, cerrados, o al encierro, la parte trasera no sería un lugar idóneo para sentarse.