
La incidencia de la diabetes está aumentando a nivel mundial
Enfermedades
Cinco mitos y verdades sobre la diabetes: lo que realmente necesitas saber
La diabetes es una de las enfermedades crónicas más comunes en el mundo
Según un estudio publicado por la Sociedad Española de Diabetes (SED) en febrero de 2021, la prevalencia de la diabetes en España ha alcanzado el 14,8 %, afectando a uno de cada siete adultos, siendo la segunda tasa más alta de Europa. Esta enfermedad crónica y una de las más comunes del mundo es también una de las que más mitos y desinformación genera.
Seguramente, todos hemos leído o escuchado alguna vez ideas erróneas que pueden generar confusión y dificultar un buen control de la enfermedad. Expertos de Glucube, que mide la glucosa a partir de infrarrojos y sin pinchazos, saben que la información es clave para un mejor manejo de la diabetes en el día a día. Por eso pretenden desmontar estos mitos y ayudar a que las personas con ese problema y su entorno cuenten con datos reales y útiles para vivir mejor, ya que es algo que va en aumento y hay que controlar.
Mito 1. Si tomo mucho azúcar, seguro que voy a tener diabetes
Es fácil pensar que la diabetes está directamente relacionada con comer dulces, pero la realidad es más compleja. Cuando comemos, los alimentos se convierten en glucosa, que es la principal fuente de energía del cuerpo. La insulina es la encargada de llevar esa glucosa a las células para que se use como energía. En las personas con esta patología, este proceso no funciona bien: el cuerpo no produce suficiente insulina o no la usa correctamente, lo que hace que los niveles de azúcar en sangre aumenten.
Si bien comer azúcar no provoca diabetes, el consumo excesivo de alimentos y bebidas azucaradas puede llevar al sobrepeso, y el sobrepeso sí es un factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2. Por eso, los expertos recomiendan llevar una alimentación equilibrada y mantener un estilo de vida saludable.Mito 2. Nadie en mi familia tiene diabetes, así que no tengo por qué preocuparme
Es cierto que si tienes familiares cercanos, como padres o hermanos, con diabetes, el riesgo de padecer la enfermedad es mayor. Esto se debe a que los factores genéticos juegan un papel en el desarrollo de la diabetes, tanto tipo 1 como tipo 2. Sin embargo, otros muchos desencadenantes de la enfermedad no son genéticos y gran parte de las personas con diabetes no tienen familiares que padezcan la enfermedad.
El riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 está relacionado con otros factores como el sobrepeso, ser mayor de 45 años, tener prediabetes, o haber tenido diabetes gestacional. Además, algunas condiciones de salud, como el síndrome de ovario poliquístico, también pueden aumentar el riesgo.
Mito 3: La diabetes se puede prevenir
Aunque no siempre se puede prevenir, en la mayoría de los casos, sí se pueden mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad. Mantener un peso saludable, adoptar una alimentación equilibrada, hacer ejercicio regularmente y controlar el estrés, es imprescindible para una vida óptima. Y tampoco hace falta que digamos que eliminar el tabaco y el alcohol, dormir las horas necesarias, una hidratación diaria adecuada, chequeos médicos y mediciones regulares e indoloras con tu Glucube, te ayudarán a mantener la glucosa a raya, y ser dueño propio de tu salud.
Mito 4: La insulina crea dependencia
La insulina no causa dependencia. Según la American Diabetes Association (ADA) y la Sociedad Española de Diabetes (SED), a veces se piensa que usar insulina «hace flojo al páncreas», pero esto es un mito. En realidad, cuando el páncreas ya está fallando, la insulina inyectada lo alivia en lugar de deteriorarlo más. Es un tratamiento fundamental para controlar los niveles de azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 1, y también en algunos casos de tipo 2. Su objetivo es prevenir complicaciones graves, no generar adicción.
Mito 5: Las personas con diabetes no pueden hacer ejercicio
Las personas con este problema sí pueden y deben hacer ejercicio. De hecho, la actividad física es fundamental para controlar los niveles de glucosa en sangre. El ejercicio regular mejora la sensibilidad a la insulina, lo que ayuda a que el cuerpo use la glucosa de manera más eficiente.
Sin embargo, es importante estar atentos a los niveles de glucosa antes, durante y después de hacer ejercicio, ya que la actividad física causa fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre.