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Agua que procede mayormente de la zona de la carretera de El Algar

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Las fuertes tormentas llevan de nuevo el riesgo de anoxia al Mar Menor

El temporal de fuertes vientos y lluvias que azota a la mayor parte de España está causando muchos estragos en el Mar Menor y el Campo de Cartagena, donde las playas se encuentran arrasadas por barro, nutrientes y sedimentos. Según ha comentado Ecologistas en Acción «tendrán consecuencias negativas en el Mar Menor».

El pasado domingo las fuertes lluvias dejaron en Murcia más de 150 incidencias entre las que estaban coches atrapados, inundaciones y problemas en las carreteras. Los más de 100 litros que cayeron sobre Los Alcázares depositaron sedimentos sobre el Mar Menor que dejaron zonas marrones.

Ahora, lo que más preocupa a la población murciana, debido a las grandes lluvias que han desplazado nutrientes y sedimentos, es la anoxia en la que se podría ver envuelto de nuevo el Mar Menor. Una amenaza que está próxima a suceder dado que los niveles de oxígeno medios están por debajo de los del verano –cinco miligramos por litro–.

No son las lluvias

Ecologistas en Acción ha advertido que el problema del Mar Menor «no son las lluvias, sino lo que estas arrastran», y ha advertido de la «entrada masiva de tierras de cultivo, abonos y otras sustancias, arrastrados por las lluvias que han tenido lugar este domingo en el Campo de Cartagena».

«Estas entradas contribuyen a empeorar la grave situación de eutrofización de la laguna salada, y a la pérdida de profundidad, por relleno», según las mismas fuentes.

Estas entradas de nutrientes y sedimentos, que tendrán consecuencias negativas en el Mar Menor, «no son culpa de las lluvias, sino del cambio de uso del suelo en el Campo de Cartagena», tal y como advierte la organización ecologista.

En este sentido, recuerda que las lluvias torrenciales de finales de verano y otoño «son características de nuestro clima Mediterráneo desde hace siglos, y que el ecosistema natural del Mar Menor está muy bien adaptado a superar los efectos negativos y a aprovechar los positivos».

«Pero ahora, donde antes había cultivos de secano, con terrazas y vegetación natural que retenían suelo y agua, tenemos miles de hectáreas de cultivos de regadío intensivo, allanados, roturados constantemente, muy abonados y sin vegetación natural, lo que favorece que el agua corra en superficie, alimente las riadas, y arrastren toneladas de tierras de cultivo y abonos al Mar Menor», ha aseverado.

Además, ha advertido que la urbanización de las riberas del Mar Menor «ha supuesto la eliminación o reducción drástica de humedales, que ejercían de freno a los sedimentos y nutrientes provenientes de las lluvias, y ahora son suelos impermeables que aumentan la velocidad y los daños de las riadas».

Por otro lado, estas entradas masivas de tierras de cultivo, abonos y agroquímicos, «son imposibles de evitar con infraestructuras de cemento o megaplantas de tratamiento centralizadas». En consecuencia, la organización considera que «no tiene sentido llevar a cabo estas carísimas infraestructuras, cuya eficacia es muy reducida o nula».

Por todo ello, desde Ecologistas en Acción insisten en que «existe un amplio consenso científico en que las medidas para salvar el Mar Menor de estas entradas masivas de sedimentos y nutrientes deben ser en origen (transformación del modelo agrícola), y que la eficacia de las Soluciones Basadas en la Naturaleza está más que demostrada, tienen mejores relaciones coste/eficacia, son más duraderas y encima aportan otros beneficios extra sobre la biodiversidad, la recuperación del paisaje o la salud humana».

Ecologistas en Acción sigue apostando por combinar las medidas en origen en el Campo de Cartagena con otras medidas como la recuperación de ramblas, humedales y la franja renaturalizada perimetral, que laminen escorrentías y sirvan de barrera final, permitiendo retener sedimentos y eliminar nutrientes, antes de que lleguen al Mar Menor.

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