La medicina transgénero, un negocio que ganará 451 millones de euros en 2035

Desde la implementación de la ley trans de Irene Montero en España, cada vez más personas dicen sufrir disforia de género. Esto, que en algunos casos provoca enfermedades mentales, no se trata como se debe. Ahora, lo único que deben hacer estas personas, en vez de acudir antes al médico, es cambiarse el sexo en el Registro Civil o pasar por quirófano para someterse a una costosa operación de cambio. Este último punto impulsará «las perspectivas del mercado».

Según un informe del Global Market Insights, una empresa de consultoría de gestión e investigación de mercados globales, debido a las últimas políticas gubernamentales que se han aprobado en España y que animan a los ciudadanos a someterse a complejas cirugías para volver a estar conformes con su cuerpo, a la medicina transgénero es ya un negocio médico que ganará 451 millones de euros en 2035.

Según la compañía, el paciente que se somete a estos procedimientos –histerectomía y la faloplastia– debe saber que su coste es muy elevado. Según los datos del documento, en Europa el precio medio de cambio de sexo de mujer a hombre está entre los 12.000 y 20.000 euros y se prevé que siga creciendo año tras años. A mayor demanda, más aumentarán los precios.

Antes de la aprobación de la norma, los expertos ya alertaban de la falta de evidencia científica que poseía. Sin embargo, en vez de hablar con psicólogos y sanitarios e informarse de los problemas que esto acarrearía a la sociedad, el Gobierno decidió guiarse por el impulso de Montero y dar luz verde a una ley que dejó de lado el derecho de todo ser humano a hacer uso del principio de integralidad en el acceso a los servicios de salud.

En el mismo sentido, Luisa González, vicepresidenta del Colegio de Médicos de Madrid, denunció en una entrevista a El Debate que la ley carece de «evidencia científica en la literatura», puesto que no es lícito realizar tratamientos de hormonación cruzada en niños y adolescente «a bote de deseo» sin que previamente se realice un diagnóstico. Ahora solo recomiendan pasar por quirófano y acudir al Registro Civil.

A su vez, Ángel Luis Montejo González, denunció que la regla elimina todo tipo de información médica de «las personas que piden un cambio de género». En este sentido, esta situación ha tildado a todos los psiquiatras como grandes enemigos de la transexualidad. Y es que esta norma «no tiene nada que ver con ideologías, sino con ciencia».

Debido a esto, el informe detalla que en solo nueve años –del 2023 al 2032– el mercado de las intervenciones de reasignación de sexo tendrán «una tasa compuesta anual del 11,2 %», ya que parte de población transgénero «sufre graves trastornos de salud mental» como ansiedad y depresión.

Asimismo, destaca que «a medida que su población aumenta cada año que pasa», la demanda de cirugías de cambio de género de mujer a hombre «también puede crecer en toda la comunidad». Por ejemplo, anualmente se realizan «casi 9.000 cirugías transgénero en los Estados Unidos».

Al hilo, la empresa asevera que se prevé que el tamaño del mercado europeo de cirugía de reasignación de sexo supere «los 451 millones de euros en 2032» debido a la creciente «conciencia pública sobre las sofisticadas cirugías de reasignación de sexo». Este aumento, que prometerá ayudar a las personas que no están conformes con su cuerpo, hará todo lo contrario, ya que son muchas las personas que tras pasar por el quirófano han asegurado que los «convierte en un paciente enfermo de por vida».