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19 de septiembre de 2024

Trabajadores a turnos

Trabajadores a turnosCreative Commons

¿Provoca cáncer tener turnos de trabajo incompatibles con los biorritmos? Un biobanco ayudará a saberlo

El CNIO añadió una colección de muestras biológicas de auxiliares de vuelo, un grupo de personas cuyo ritmo biológico está constantemente alterado

Estar sometido a un constante «jet lag» o a turnos de trabajo que no respetan los biorritmos naturales puede tener serias consecuencias para la salud. El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha dado un paso importante para entender estos efectos al crear el primer biobanco de muestras biológicas de auxiliares de vuelo, un grupo especialmente afectado por la alteración de su reloj biológico.

El sistema inmunológico sigue un ciclo de 24 horas basado en una fase de reposo y otra activa. Durante la fase activa, los leucocitos (glóbulos blancos que combaten enfermedades e infecciones) se encuentran en mayor número en los tejidos. Sin embargo, en personas que viven con un reloj biológico desincronizado debido al «jet lag» o a turnos de trabajo irregulares, este ciclo puede alterarse. Esto podría llevar a que la cantidad y funcionalidad de los leucocitos no sean las óptimas, afectando así las defensas del organismo.

Con el fin de investigar más a fondo esta hipótesis, en 2021, el CNIO añadió a su biobanco una colección de muestras biológicas de auxiliares de vuelo, un grupo de personas cuyo ritmo biológico está constantemente alterado. Este proyecto surgió de una colaboración entre el CNIO y la Asociación Española de Tripulantes de Cabina de Pasajeros (AETCP), cuyo objetivo es demostrar científicamente cómo el trabajo de los tripulantes de vuelo afecta su salud.

Los tripulantes de vuelo no solo viven al margen de los ciclos naturales de día y noche, sino que también trabajan en un entorno peculiar, expuestos a radiaciones, luz artificial, con poca conexión con el exterior y sus seres queridos, y con una alimentación condicionada por las exigencias del trabajo. Estos factores contribuyen a que los problemas de salud y el desarrollo de ciertos tipos de cáncer sean temas recurrentes de conversación entre los tripulantes de larga distancia, especialmente aquellos con más de 15 años de experiencia en la profesión. A pesar de compartir riesgos laborales con otras profesiones que ya cuentan con un reconocimiento especial, como pilotos o fotógrafos aéreos, los auxiliares de vuelo aún no tienen derecho a jubilarse a los 60 años.

El biobanco del CNIO juega un papel crucial en esta investigación. Este repositorio contiene una valiosa colección de muestras biológicas, como sangre, uñas, tumores y sustancias como heces o saliva, que los científicos pueden utilizar para estudiar enfermedades y desarrollar tratamientos. A petición de la AETCP, se creó una colección específica dentro del biobanco para investigar los efectos del desfase horario crónico en las células del sistema inmunitario.

Desde 2021, más de 130 tripulantes de vuelo españoles han contribuido regularmente con muestras de sangre y saliva, así como con otras muestras recogidas en sus domicilios, como orina, heces y uñas. Además de las muestras biológicas, los donantes proporcionan información detallada sobre su historial clínico y familiar, dieta, ejercicio, consumo de tabaco, y detalles de sus vuelos. Esta colección es confidencial, con las identidades de los donantes reemplazadas por códigos, y se actualiza anualmente. Esta longitudinalidad permite a los investigadores seguir a los mismos individuos a lo largo del tiempo, lo que es invaluable para detectar marcadores tempranos de enfermedades.

La primera solicitud de uso del biobanco provino del propio grupo de inmunidad del cáncer del CNIO, liderado por María Aceves y Alba de Juan, quienes están investigando cómo los ritmos circadianos afectan al sistema inmunitario y su relación con el cáncer, considerando también el impacto del metabolismo. Este estudio seguirá a los tripulantes durante cuatro años, observando cambios en la cantidad de células del sistema inmunitario y evaluando si desarrollan un perfil más propenso a la inflamación.

Para esta investigación, se han establecido tres grupos: tripulantes de vuelos de largo radio, de corto radio con turnos variables, y un grupo de control compuesto por personas que no vuelan y llevan una vida con horarios regulares. Actualmente, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer clasifica el trabajo que altera los ritmos circadianos como «probablemente cancerígeno», basándose en la evidencia experimental en animales y la limitada evidencia en humanos.

El Biobanco del CNIO, activo desde comienzos de este siglo, alberga actualmente unas 45.000 muestras de 9.000 donantes y está disponible para toda la comunidad científica. Para acceder a él, los investigadores deben contar con un proyecto de investigación aprobado y financiación que garantice su viabilidad. Virginia López, responsable de salud profesional de la AETCP, subraya la importancia de que la sociedad participe de manera altruista en la ciencia española, destacando que la donación de muestras apenas requiere 20 minutos al año.

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