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El volumen de materia gris cortical se reduce conforme avanza un embarazo

El volumen de materia gris cortical se reduce conforme avanza un embarazo

El cerebro de las mujeres pierde volumen de materia gris durante el embarazo

Aunque se sabía que durante el embarazo ocurren cambios fisiológicos en este órgano, los estudios previos no se habían centrado en los cambios neuronales

Durante el embarazo, el cerebro de la mujer experimenta una reducción en su tamaño, aunque vuelve a recuperarlo después de algunos meses, sin que esto sea algo necesariamente negativo. Una investigación reciente ha documentado estos cambios neuroanatómicos en una mujer antes, durante y después de la gestación. Este estudio, publicado en la revista Nature Neurology, es el primero en mapear el cerebro de una mujer embarazada.

Aunque se sabía que durante el embarazo ocurren cambios fisiológicos en el cerebro de la mujer, los estudios previos no se habían centrado en los cambios neuronales. Cada año, alrededor de 140 millones de mujeres quedan embarazadas, lo que hace relevante comprender estos procesos.

Hace unos meses, un equipo de investigadoras del Hospital General Universitario Gregorio Marañón en Madrid, publicó otro estudio en Nature Neuroscience, donde analizaron escáneres cerebrales de 110 mujeres embarazadas, demostrando cambios anatómicos durante el embarazo.

La nueva investigación específica que, en la novena semana de gestación, se produce una disminución en el volumen de materia gris, que está relacionada con funciones mentales y cognitivas importantes, y una reducción del grosor cortical. Estos cambios afectan especialmente a la red neuronal por defecto, un conjunto de áreas cerebrales que se activan cuando una persona está en reposo. Emily Jacobs, investigadora de la Universidad de California-Santa Bárbara y coautora del estudio, señaló que esta disminución del volumen de materia gris es una consecuencia del aumento de las hormonas estradiol y progesterona, pero aclaró que no tiene implicaciones necesariamente negativas.

Por otro lado, se observó un incremento en la materia blanca, responsable de mejorar la comunicación entre las diferentes áreas cerebrales, así como un aumento en el volumen ventricular y en el líquido cefalorraquídeo. Estos cambios contribuyen a una mejor conectividad entre los lóbulos temporal y occipital, que controlan el habla y la vista, respectivamente.

El estudio sugiere que estos cambios anatómicos podrían ser una forma de «refinamiento cortical», preparándose para los desafíos del embarazo y el parto, similar a lo que ocurre en la pubertad. Sin embargo, algunos de estos cambios persisten incluso dos años después del parto, como la reducción del volumen y el grosor cortical.

Los investigadores han analizado resonancias magnéticas de una madre primeriza de 38 años, realizadas desde antes de la concepción hasta dos años después del parto. Los resultados fueron comparados con un grupo de control, y los datos serán de libre acceso para futuros estudios.

Los científicos esperan que este tipo de investigaciones ayuden a comprender mejor cómo estos cambios cerebrales pueden estar relacionados con la depresión posparto, una afección que afecta a una de cada cinco mujeres. Según Susana Carmona, investigadora principal del grupo neuromaternal del Instituto Gregorio Marañón, este tipo de estudios puede ser clave para predecir y prevenir patologías mentales posparto.

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