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Meganeura

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La meganeura, así era el insecto volador más grande de la historia

El insecto volador más grande tenía alas de 70 cm y vivió en el Carbonífero

Actualmente, existen insectos de diferentes especies que alcanzan tamaños excesivamente grandes, especialmente para aquellos que les tienen pavor. Entre ellos encontramos a el Phobaeticus chani, conocido como el megastick de Chan, un insecto palo que puede alcanzar una longitud cercana a los 57 centímetros, o el Megasoma actaeon, también conocido como el escarabajo actaeón, uno de los escarabajos más grandes del mundo, con individuos que pesan entre 50 y 70 gramos. Pero, antes de que el hombre pisara la Tierra, existieron insectos de tamaño casi monstruoso.

Hace mas de 300 millones de años, Meganeura dominaba los cielos del período Carbonífero. Con una envergadura de alas de hasta 70 centímetros, es considerado el insecto volador más grande de la historia. Este depredador aéreo vivió en los bosques pantanosos, rodeado de helechos gigantes y un ambiente cálido y húmedo.

Anatomía diseñada para la caza

La estructura de Meganeura estaba adaptada para la caza. Sus alas largas y nervadas le otorgaban maniobrabilidad en el vuelo, y sus ojos compuestos, grandes y prominentes, le permitían detectar presas a larga distancia. Además, su tórax asimétrico mejoraba la estabilidad durante el vuelo, crucial para capturar a pequeños anfibios e insectos.

El secreto de su gigantismo

El tamaño de Meganeura está relacionado con la alta concentración de oxígeno en la atmósfera del Carbonífero, que superaba el 30 %, mucho más que el nivel actual. Esto favorecía un sistema respiratorio más eficiente, permitiendo que los insectos alcanzaran tamaños extraordinarios. La ausencia de depredadores aéreos también contribuyó a su evolución.

Descubrimiento y legado fósil

Los primeros restos fósiles de Meganeura fueron hallados en 1880 en Commentry, Francia; por Charles Brongniart, quien bautizó al insecto en honor a las complejas venas de sus alas. Desde entonces, fósiles adicionales se han encontrado en Inglaterra y Estados Unidos, ampliando nuestro conocimiento sobre este titán prehistórico.

Un linaje distinto

Aunque su apariencia recuerda a las libélulas actuales, Meganeura pertenece a un linaje diferente, los Protodonata, ya extinto. Este detalle subraya las diferencias evolutivas entre ambas especies, seperadas por millones de años de historia.

La majestuosidad de Meganeura sigue fascinando a los científicos, ofreciendo una ventana a un mundo perdido y a las condiciones únicas que permitieron su existencia.

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