Reportaje
La donación de órganos, un acto que regala «felicidad y vida» y lleva a España a la cúspide internacional
En 2023,nuestro país encadenó 32 años consecutivos de récord mundial en la actividad con 5.863 trasplantes realizados, lo que supone una tasa de 122,1 por millón de población
España va a cumplir un nuevo récord. Esta vez no tiene que ver con innovación tecnológica, automovilística o educativa, sino sanitaria, ya que las cifras de trasplantes superarán este año las de antes de la pandemia. Por primera vez se rebasará la barrera de los 50 donantes por millón de habitantes, que actualmente se encuentra en 48,9, según la previsión que manejan desde la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
Este 2024, los expertos estiman que los datos van a ser «muy buenos», ya que la tónica que llevan todos estos meses es «siempre ascendente», afirma Elisabeth Coll, directora de los servicios médicos de la ONT, quien además asegura que es el «principal objetivo que quieren alcanzar» y que llevan 15 años rozando. A pesar de los buenos resultados, habrá que esperar a finales de año para saberlo con certeza.
En 2023, España encadenó 32 años consecutivos de récord mundial en la actividad con 5.863 trasplantes realizados, lo que supone una tasa de 122,1 trasplantes por millón de población, gracias a las 2.346 personas que donaron sus órganos tras fallecer –48,9 donantes por millón de población–, y a las 437 personas que donaron un órgano en vida.
Las donaciones ocupan un gran papel en la vida de los humanos, ya que permiten dar una nueva oportunidad. Por ello, Coll quiere señalar el importante papel de la generosidad de la gente, el descubrimiento de nuevas técnicas de trasplante y la mejora de las ya existentes, actividad a la que España dedica mucho tiempo. De hecho, «uno de los secretos del modelo español» ha sido ir adaptándose a los nuevos modelos quirúrgicos y de preservación de órganos, afirma la doctora.
A pesar de no haber alcanzado aún las cifras propuestas por la ONT, España es el líder mundial en donaciones. Tal y como demuestran los datos del Ministerio de Sanidad, uno de cada cuatro donantes fallecidos de órganos de la Unión Europea (UE) fue español. El prestigio de nuestro país no es casualidad. La ventaja principal anota la experta, es que si un español necesita un órgano en cualquier comunidad autónoma, tiene «muchas posibilidades de encontrarlo» en un tiempo mucho más rápido y «con resultados excelentes».
Esta posición mundial es gracias a los donantes, los cuales confían en el Sistema Nacional de Salud, apunta Coll, quien asegura que es «un sistema igualitario, equitativo, en que todo tiene acceso», y eso siempre da muchísima más confianza a la hora de facilitar la donación, porque saben que los órganos se distribuirán con «criterios de equidad absolutos».
Además, recuerda que la donación de órganos no se tiene que ver como «una cosa negativa», sino todo lo contrario, puesto que es «lo único positivo» que se puede sacar de «un proceso tan terrible como es el duelo y la pérdida de un familiar».
Por último, la directora de los servicios médicos de la ONT destaca la formación de los profesionales sanitarios. Estos especialistas, además de salvar vidas y ayudar a las personas, conocen las técnicas de comunicación y saben cómo hacer que la familia del donante pase 'el shock inicial del fallecimiento del familiar' y se posicionen «a favor de esta». Los centros disponen de equipos de coordinación que ofrecen a los más allegados apoyo durante el proceso y después.
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Aunque parece tarea fácil, el curso se desarrolla en varias etapas. Tal y como explica Coll, la Organización Nacional de Trasplantes dispone de toda la lista de espera en España. Cuando en un hospital se detecta un posible donante y fallece, el equipo de coordinación llama a al centro y comienza el proceso.
En primer lugar, se hace la evaluación de todos los órganos y se accede al registro para ver si hay una persona compatible que lo necesita con urgencia. En el caso de que no sea cuestión de vida o muerte, los órganos se distribuyen de acuerdo a los criterios territoriales.
Una vez están en el sitio correspondiente, cada centro analiza sus pacientes. Si hay alguno pendiente de trasplantar se le llama por teléfono y se le informa de lo que pasará en los días posteriores. Una vez es ya avisado, debe acudir inmediatamente al centro para comenzar con las pruebas. Mientras esto ocurre, el equipo de trasplante extrae los órganos a la persona fallecida. «Los especialistas deben trabajar con rapidez y de forma coordinada», señala la experta. Si el órgano es válido, el interesado va a quirófano y comienza el proceso de trasplante.
Por último, la directora anima a las personas que están dudosas sobre si donar sus órganos a pensar en «toda la gente», en toda la generosidad que se implica y en la «felicidad y vida» que se puede transmitir, porque eso, concluye, es «inigualable».