
Antonio Mingorance, presidente de Bidafarma, y el doctor Carlos Zarco, director médico del hospital HLA Universitario Moncloa
El cooperativismo sanitario en España: un modelo sólido y desconocido
El Debate organiza un desayuno informativo junto a Antonio Mingorance, presidente de Bidafarma, cooperativa farmacéutica, y al doctor Carlos Zarco, director médico del hospital HLA Universitario Moncloa
Aunque a muchos les pueda no sonar el término, el cooperativismo sanitario está más presente en nuestras vidas de lo que pensamos. Este modelo ha demostrado ser una alternativa sólida y sostenible para garantizar el acceso a la salud y a los medicamentos, promoviendo un modelo basado en la colaboración y la gestión democrática.
Por ello, El Debate ha organizado un desayuno informativo para ahondar en sus ventajas, retos y proyección. En la redacción del periódico han estado presentes las dos facciones del modelo: por un lado, Antonio Mingorance, presidente de Bidafarma, una cooperativa farmacéutica; y por otro, el doctor Carlos Zarco, director médico del hospital HLA Universitario Moncloa, que forma parte de la cooperativa médica Lavinia, propietaria del grupo Asisa.

Desayuno sobre cooperativismo sanitario en la redacción de El Debate
Antonio Mingorance comenzó el coloquio explicando que el cooperativismo farmacéutico ha permitido que farmacias de toda España puedan garantizar el acceso a medicamentos sin distinción geográfica. Bidafarma, con 9.000 socios y 32 almacenes en 14 comunidades autónomas, distribuye diariamente 40.000 referencias de medicamentos, incluyendo a pequeños municipios donde, según el propio Mingorance, la rentabilidad económica es nula, pero «la rentabilidad social es incalculable».
Por su parte, el doctor Carlos Zarco expuso el modelo de la cooperativa Lavinia, propietaria del grupo Asisa, con más de 10.000 médicos socios y una red de hospitales y clínicas en toda España. Zarco destacó la organización democrática del cooperativismo sanitario, donde los profesionales no buscan maximizar beneficios, sino reinvertir en la mejora de sus centros. «La Responsabilidad Social Corporativa no es algo que tengamos que demostrar, lo llevamos en el ADN», afirmó.A pesar de su importancia social, el cooperativismo sanitario continúa siendo un gran desconocido para la mayoría de la población. Ambos ponentes coincidieron en que esto se debe a una falta de comunicación y educación sobre el tema y hacen autocrítica al no haber sabido comunicar la importancia de su labo: «Nosotros mismos no hemos hecho suficiente esfuerzo en visibilizarlo», admitió Mingorance.
Para mejorar su conocimiento, los participantes insistieron en la importancia de que medios de comunicación, administraciones y la propia sociedad civil pongan en valor el impacto positivo del cooperativismo sanitario. «Es un modelo que fija población en la España rural y garantiza la equidad en el acceso a la salud», destacó Zarco
El futuro del cooperativismo sanitario
Este modelo se enfrenta a grandes desafíos en el futuro próximo, como es el caso de la colaboración público-privada, la digitalización o la introducción de la inteligencia artificial. Zarco subrayó que la tecnología puede ayudar a los profesionales sanitarios a centrarse en lo esencial, que es la atención humana al paciente. «Un radiólogo puede beneficiarse de la inteligencia artificial para detectar anomalías, pero nunca se puede sustituir el criterio médico», aseguró.
Mingorance, por su parte, resaltó que el sector farmacéutico debe seguir adaptándose a las necesidades de la población, ofreciendo nuevos servicios como la atención a la soledad no deseada y el apoyo a cuidadores y no caer en la sustitución del personal por máquinas: «Siempre debe haber un sanitario que humanice la atención, porque si perdemos eso, perdemos nuestra razón de ser», concluyó.
Dentro de ese futuro también se ha abordado la posibilidad de avanzar hacia una mayor colaboración entre cooperativas farmacéuticas y médicas. Mingorance y Zarco coincidieron en que las sinergias entre ambos sectores podrían mejorar la eficiencia del sistema sanitario. «Nosotros llegamos a todos los rincones de España con medicamentos, y ellos con asistencia sanitaria. Hay muchas posibilidades de colaboración», comentó Mingorance. «Una de las misiones que tienen las cooperativas en intercooperar: entre la distribución farmacéutica y la red sanitaria que tiene Asisa, hay muchos campos en los que se puede trabajar.», destacó Zarco.
Rol en la España vaciada
En un momento en el que se intenta poner el foco en revertir la situación de la llamada España vaciada, Bidafarma recuerda que su cooperativa garantiza el acceso a medicamentos en pequeñas localidades donde la rentabilidad económica es mínima, pero la social es vital. «Hay pueblos donde solo queda la farmacia, porque el banco y otros servicios se han marchado», explicó Mingorance.
Asimismo, Zarco destacó que el cooperativismo sanitario es fundamental para la cohesión territorial, asegurando que servicios esenciales como la sanidad no dependan solo de la densidad de población, sino de las necesidades reales de los ciudadanos. Ambos coinciden en que sus respectivas cooperativas actúan «fijando» o «anclando» la población al territorio, de manera que evitan que las zonas más despobladas del país sigan resintiéndose y perdiendo habitantes.
Igualmente, se resaltó que el cooperativismo no solo tiene un impacto social y sanitario, sino que también representa un modelo empresarial estable. «No nos puede comprar un fondo de inversión ni vamos a cerrar por falta de rentabilidad», afirmó Zarco. Ambos concluyen que las cooperativas aseguran empleo de calidad y garantizan la sostenibilidad de los servicios sanitarios a largo plazo.