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Agricultor japonés observa su granja de lechugas

Agricultor japonés observa su granja de lechugasAFP

Las lombrices contribuyen «significativamente» a la producción agrícola mundial

Su papel positivo para la salud de los suelos y el crecimiento de las plantas ya era bien conocido

Los gusanos de tierra, amenazados por la agricultura intensiva, contribuyen «significativamente» a la producción agrícola, desempeñando un papel en aproximadamente 6,5 % de la producción mundial de cereales, según un estudio publicado el martes.

«Las lombrices contribuyen en alrededor del 6,5 % de la producción mundial de cereales (maíz, arroz, trigo, cebada) y 2,3 % de la de leguminosas, equivalente a más de 140 millones de toneladas al año», afirman investigadores, con sede en Estados Unidos, en un artículo publicado en el periódico Nature Communications.

La «contribución» de las lombrices se define por los investigadores como el porcentaje del rendimiento agrícola posible gracias a ellas. Su papel positivo para la salud de los suelos y el crecimiento de las plantas ya era bien conocido. Sus galerías permiten que el agua se infiltre, participan en el reciclaje de nutrientes para alimentar a las plantas a través de sus excrementos e incluso ayudan a la producción de hormonas que facilitan el crecimiento de las plantas.

Pero los científicos que realizaron el estudio buscaron por primera vez cuantificar su contribución en la producción agrícola. Para ello analizaron mapas recientes sobre la presencia de lombrices, datos sobre la producción agrícola y estudios anteriores sobre la productividad de los suelos en función de la presencia de estos invertebrados.

Los autores precisan que la contribución de los gusanos de tierra es aún mayor en los países del Sur, contribuyendo al 10 % de la producción de cereales en África subsahariana y 8 % en América Latina y el Caribe. Puntualizan que sus resultados, si bien son «alentadores» y sugieren una posible mejora de la productividad agrícola al cuidar mejor la vida en los suelos, también están plagados de «incertidumbres» metodológicas.

En conclusión, los autores sugieren fomentar prácticas de agroecología que preserven la vida de los suelos y especialmente la de las lombrices de tierra. Estas últimas están amenazadas por la agricultura intensiva, con el recurso masivo a la química y a la labranza regular.

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