La CNMC propone acabar con el monopolio en la gestión de los residuos de envases en España
Hasta este año, Ecoembes ha sido la única empresa para canalizar los pagos de las empresas a los ayuntamientos en envases y papel-cartón, mientras que Ecovidrio lo ha hecho con los envases de vidrio
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha propuesto una serie de medidas destinadas a romper el monopolio en la gestión de residuos de envases en España. Según la CNMC, fomentar la competencia es crucial para optimizar esta actividad.
El organismo ha analizado la gestión de los residuos de envases, especialmente los destinados al contenedor amarillo y al de vidrio. Concluye que, históricamente, el sector ha operado como un monopolio en España, a diferencia de otros países europeos. Destaca que la gestión de residuos tiene un impacto significativo en la salud pública, la sostenibilidad medioambiental y la transición ecológica, involucrando a numerosos agentes tanto públicos como privados.
El proceso de gestión de residuos comienza en los hogares, donde cada ciudadano genera anualmente más de 180 kilos de residuos de envases. Estos residuos son separados por los ciudadanos y depositados en los contenedores correspondientes (amarillo para plásticos y latas, y verde para vidrio). La recogida, traslado, separación y clasificación de estos residuos son organizados por los ayuntamientos y las administraciones públicas responsables de estos servicios.
Según la normativa vigente, las empresas que producen bienes envasados (como cervezas, refrescos, detergentes, agua embotellada, etc.) están obligadas a asumir los costes asociados a la gestión de los residuos de sus envases. Para canalizar estos pagos hacia los ayuntamientos, existen organizaciones conocidas como Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP). Hasta este año, Ecoembes ha sido el único SCRAP activo para envases domésticos ligeros y papel-cartón, mientras que Ecovidrio ha gestionado los envases de vidrio. Sin embargo, recientemente se ha autorizado al menos un nuevo SCRAP para envases.
Los SCRAP firman convenios con las administraciones públicas, estableciendo las cantidades que deben pagar para cubrir los costes de la gestión de residuos. Las empresas productoras de bienes envasados financian estos SCRAP, cumpliendo así con su obligación legal de «pagar por contaminar».
La CNMC advierte que la participación de múltiples actores públicos y privados en la gestión de residuos, junto con la complejidad del sistema, dificulta la entrada de nuevos competidores. Por ello, aboga por que la regulación y las autoridades promuevan activamente la competencia mediante diversas medidas. Estas incluyen reducir las barreras de entrada, facilitar la autorización de nuevos SCRAP, eliminar o flexibilizar los plazos para la firma de convenios y permitir que las empresas cambien de SCRAP de manera ágil.
Asimismo, la CNMC propone establecer un marco de coordinación eficiente y procompetitivo entre agentes públicos y privados. Esto implicaría regular en detalle la coexistencia entre SCRAP competidores, crear un organismo de coordinación y supervisión, introducir un sistema de convenio único con cada administración pública y consensuar requisitos mínimos de calidad, además de dotar a las administraciones públicas de los recursos necesarios.
El organismo también recomienda mejorar la transparencia mediante medidas que fortalezcan la trazabilidad y la detección del fraude. Asimismo, sugiere prevenir y resolver conflictos de interés, especialmente en relación con la participación de asociaciones en SCRAP y en la adhesión de recicladores a estos sistemas. Finalmente, insta a fomentar la competencia en la adjudicación de residuos a los recicladores mediante un desarrollo detallado de la regulación.