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Mina de litio

Mina de litio

Así es el litio, el elemento clave para la transición energética que se puede encontrar en España

Las reservas de este metal están localizadas principalmente en Castilla y León, Galicia, Extremadura y Andalucía

En la sociedad actual, dependemos de muchos materiales para la producción de objetos que antes no formaban parte de nuestra vida cotidiana. Este es el caso de teléfonos móviles, baterías, electrodomésticos, dispositivos tecnológicos, paneles solares y aerogeneradores, entre otros. La característica común de todos ellos es que utilizan minerales estratégicos para su fabricación tales como el tungsteno, el grafito, el coltán, el telurio o aquellos que se integran dentro de lo que se conoce como tierras raras.

Sin embargo, enfoquémonos en el litio, conocido como «oro blanco» debido a su color plateado o blanquecino. El litio es el elemento sólido más ligero y menos denso, y es relativamente abundante en la Tierra, ya que está presente en la corteza terrestre en concentraciones de 65 partes por millón.

Este elemento se puede encontrar en las salmueras, compuestos de agua y sal que se encuentran de forma natural en ríos y lagos salados en los que no existe vida como consecuencia de ese exceso de sal.

La extracción de litio ha aumentado progresivamente en los últimos años debido a la industria de los coches eléctricos, ya que se utiliza en aleaciones conductoras de calor y, principalmente, en las baterías de estos vehículos.

El auge de este tipo de movilidad, impulsado en gran medida por políticas que promueven una transición hacia energías limpias y el abandono progresivo del petróleo, ha generado un notable incremento en la demanda de litio. Se espera que en los próximos años, a pesar del frenazo actual, la producción de litio se triplique debido al aumento de las ventas de coches eléctricos. Esto es especialmente relevante considerando que la Unión Europea planea poner fin a la venta de vehículos de combustión en 2035 y reducir sus emisiones en un 55 % para 2030.

Si el futuro implica reemplazar los coches de combustión por eléctricos, el litio se convertirá en un material aún más indispensable que en la actualidad. Sin embargo, está por verse si los plazos establecidos por las instituciones se cumplirán y si los coches de gasolina no permanecerán durante otras dos décadas.

Además, el litio tiene otros usos a menudo desconocidos, como en la fabricación de cerámica y vidrio, en grasas lubricantes y en la industria farmacéutica. En esta última, se utiliza para elaborar medicamentos que tratan diversas enfermedades mentales, como la esquizofrenia, la depresión y el trastorno bipolar.

Litio en España

Aunque en tierras raras el gran beneficiado sea China, principal productor y distribuidor de estos minerales, en el caso del litio no es así. Australia es el país más rico, y es que produjo el 46,3 %, unas 55.000 toneladas extraídas de los silicatos constituyentes de las «rocas duras», según datos proporcionados por Visual Capitalist. Le siguen, también con porcentajes altos, varios países Iberoamericanos como Chile (23,9 %), Argentina (7,2 %) o Brasil (2,2 %), aunque China también ha conseguido colarse entre medias con un 16,2 %.

Pero España también cuenta con importantes reservas de este material. Están localizadas principalmente en Castilla y León, Galicia, Extremadura y Andalucía. A nivel europeo, se estima que somos el segundo territorio de referencia para el desarrollo de una industria propia, pero no existen minas activas en nuestro país desde hace 13 años.

Aunque existen proyectos que pretenden reabrir estas minas en nuestro país, hay una férrea oposición a la explotación de litio, especialmente por motivos medioambientales. Lo cierto es que tanto España como el resto de países de la Unión Europea cuentan con legislaciones muy restrictivas en materia de explotación de yacimientos minerales, de forma que estos deben garantizar el orden económico, social, cultural y ambiental del territorio.

No obstante, los movimientos sociales y vecinales en contra de este tipo de minas están muy activos. Es lo que ocurre, por ejemplo, en Cáceres, donde la empresa Extremadura New Energies, filial de la australiana Infinity Lithium, quiere construir una de las minas de litio más grandes de Europa en las inmediaciones de la mina abandonada de Valdeflores. Aunque esa instalación podría traducirse en una mejora económica para la región, además de contribuir a que España deje de depender de la importación de este metal, los vecinos se muestran contrarios a que se establezca esta mina a apenas un kilómetro del centro de la ciudad.

Como consecuencia, no parece que a corto plazo España vaya a aprovechar esas reservas de litio, un material que, como decimos, se ha vuelto clave para nuestra sociedad y previsiblemente cobrará aún más peso en los próximos años.

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