Las carabelas portuguesas vuelven a irrumpir en las playas españolas: estos son los riesgos de sus picaduras
Su veneno tiene consecuencias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas, produciendo un dolor muy intenso, e incluso se han registrado casos de muerte
El año pasado ya atemorizaron a los bañistas españoles, espcialmente en el norte de la Península, y este verano no iban a dejar de aparecer. Las llamadas carabelas portuguesas, (Physalia physalis) vuelven a las costas y obligan a los miembros del salvamento y a todos aquellos que van a pasar sus vacaciones a la playa a extremar la precaución para evitar que nos afecte su picadura.
Aunque la creencia general es que se trata de un tipo de medusa, las carabelas son una especie colonial monotípica de hidrozoo sifonóforo, es decir, lejos de ser un solo ser vivo es un organismo colonial cuyos individuos se especializan para mantener viva la colonia.
Está compuesta por una vela gelatinosa de entre 15 y 30 centímetros, que le permite desplazarse por los océanos impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas. Del cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos, utilizados para atrapar a sus presas, que pueden alcanzar hasta 50 metros de longitud cuando están extendidos, aunque generalmente miden alrededor de 10 metros.
Hasta hace unos años era casi impensable verlas en las playas de España. Sin embargo, esta situación ha cambiado. Las también llamadas fragatas portuguesas o agua mala, son propias de aguas cálidas. De hecho, hasta ahora solo se habían avistado en áreas tropicales y subtropicales de los océanos Pacífico e Índico. A pesar de ello, el calentamiento del agua ha hecho que estas se desplacen a las aguas del Cantábrico.
Consejos si te pica una carabela portuguesa
La picadura de las carabelas portuguesas puede llegar a ser muy grave. De hecho, tiene mayores consecuencias que las rozaduras por medusas, y es que el veneno de este ser tiene consecuencias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas, produciendo un dolor muy intenso, e incluso se han registrado casos de muerte.
En caso de que este verano te pique alguna, lo primero que debes hacer, comenta a Europa Press Nuria Rodríguez, presidenta de la Federación de Salvamento y Socorrismo de Galicia, es acudir «al puesto de socorrismo más cercano» para que allí te apliquen agua salada o suero para quitar el tentáculo y el calor en la zona.
Además, subraya, nunca se debe aplicar agua dulce, que ampliará la urticaria que provocan. En función de la picadura, los socorristas decidirán si es necesario el traslado de la persona a un centro sanitario para evaluar los síntomas y proceder a la actuación pertinente.
Aunque pique, se recomienda no rascar la zona afectada, ya que esto puede hacer que se libere más veneno. Uno de los consejos caseros más efectivos es aplicar vinagre, ya que este puede neutralizar el veneno.
De igual manera, conviene retirar los tentáculos con unas pinzas, pero protegiéndose las manos, aunque lo mejor es que esta tarea la realicen los profesionales, bien los socorristas o el médico que atienda al afectado.
Casos en el norte y el Mediterráneo
Este temido organismo ha aparecido ya este verano en varias zonas de España. En dos playas de Tarragona se prohibió el baño el pasado viernes por su presencia y en la zona de Sagüés, en San Sebastián, se avistaron cuatro ejemplares el pasado día 16.
País Vasco parece ser, de momento, una de las zonas más afectadas, y es que este pasado fin de semana se prohibió el baño en cuatro playas de Vizcaya que contaban con carabelas portuguesas en sus aguas y arenales.
En Asturias también se han divisado, llegando incluso a la concurrida playa de San Lorenzo, en Gijón, donde un nadador de aguas abiertas y un bañista sufrieron picaduras de este invertebrado.