Ganaderos y agricultores ven «un despropósito» la posible prolongación de la protección del lobo hasta 2031
Creen que proteger al lobo de esta forma significa «acabar con la ganadería extensiva como la conocemos y frenar el desarrollo de las zonas rurales»
El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha vuelto a caldear los ánimos en l campo. El político, exalcalde del concejo de Lena (Asturias), ha señalado que la estrategia sobre el lobo se adaptará en 2025 al informe sexenal sobre la evolución de la situación de la especie, cuyo anterior informe (2019), con los datos facilitados por las comunidades autónomas, dio un resultado «desfavorable» sobre su situación y culminó con su incorporación al Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre).
Esto quiere decir, según agricultores y ganaderos, que Morán ha «dejado caer» que se va a mantener la protección del lobo hasta el año 2031, algo que ven como un «despropósito». La organización agraria UGAM-COAG va más allá y cree que supondría «el fin de la ganadería tal y como se conoce» en las zonas más afectadas por la presencia de este animal, como son Galicia, Asturias y Castilla y León.
«Nos parecen un engaño que nos digan que desde el 2019 el lobo no ha recuperado el censo, pero la realidad es que los ataques al ganado han aumentado significativamente», ha criticado el secretario general de UGAM-COAG, Luis Pérez Portilla.
Para Portilla, «lo que tiene que hacer Hugo Morán es preguntar a los ganaderos de Cantabria que sufren los ataques de los lobos y que cada día ven más difícil ejercer la actividad ganadera donde la venían haciendo hasta ahora».
Según ha sostenido, «proteger al lobo de esta forma significa acabar con la ganadería extensiva como la conocemos y frenar el desarrollo de las zonas rurales, tanto que se les llena la boca con la problemática del despoblamiento en el medio rural y la ganadería familiar», ha apostillado.
De esta forma, desde UGAM-COAG se pide la implementación de un Plan de Gestión del Lobo que incluya la extracción temprana de ejemplares dañinos. «Es imposible que la ganadería conviva con esta especie bajo las actuales medidas existentes. Los ganaderos no deben pagar con sus animales, economías y ánimos este capricho de protección desmedida al lobo. Necesitamos voluntad política para cambiar esta situación y mayor apoyo a la ganadería extensiva y familiar que sufre los ataques», ha sentenciado.