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Rambla del Poyo, donde continúan labores de limpieza tras la DANA

Rambla del Poyo, donde continúan labores de limpieza tras la DANAEFE

Dependiente del Miteco

La Confederación Hidrográfica del Júcar también falló: disponía de herramientas para prever la riada

Un ingeniero de caminos explica que el ministerio de Teresa Ribera y las confederaciones están cuestionadas por su inacción al no limpiar cauces y demoler obras hidráulicas como presas y azudes

Todos los sistemas fallaron el pasado martes antes de que se produjeran las riadas que arrasaron una decena de pueblos en la provincia de Valencia. La alerta de Protección Civil a los móviles llegó cuando el agua ya había inundado muchas poblaciones y la situación era ya dramática.

Pero la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), también falló a la hora de prever la magnitud de las crecidas de esa tarde. Y eso a pesar de que disponen, según comentan a este periódico ingenieros de caminos, de la herramienta SAIH (sistema automático de información hidrológica), uno de cuyos objetivos es la previsión de avenidas.

Esta herramienta dispone de pluviómetros y de estaciones de aforo que miden el caudal de los ríos, por lo que se podría haber previsto con antelación. La prueba, que en el embalse de Chiva los pluviómetros recogieron 500 litros por metro cuadrado, una cantidad desorbitada.

Esta localidad, Chiva, está aguas arriba de la zona que resultó más afectada –la de Paiporta, Picaña, Alfafar, Benetúser o Catarroja– ,por lo que toda esa agua se vertió a la rambla del Poyo. Según comenta a este periódico un ingeniero de caminos, la gente de la zona aguas abajo no podía ser consciente de lo que se avecinaba, pues las lluvias descomunales ocurrían lejos de allí, «pero el SAIH, sí podía prever que esas lluvias más que torrenciales en la zona de Chiva iban a producir efectos devastadores aguas abajo, ya que disponen de modelos que deben alertar sobre esos riesgos».

Además, explica que la Confederación tiene una estación de aforos en la misma rambla del Poyo, a 22 kilómetros de Paiporta, que sí pudo «haber detectado y alarmado de la avenida que venía, pues allí se midió el caudal que de cero pasó a 300 metros cúbicos por segundo».

Caudal de la rambla del Poyo, a 300 m3/s el martes 29

Caudal de la rambla del Poyo, a 300 m3/s el martes 29

Y es que el papel del ministerio que dirige Teresa Ribera y el de las confederaciones está muy cuestionado por muchos profesionales. Se critica la gestión y dirección de las mismas y su inacción al no limpiar cauces y demoler obras hidráulicas como presas y azudes.

Los ingenieros de caminos se erigen como aquellos encargados de prevenir los desastres naturales que «siempre» han existido, pero lamentan que en pocas ocasiones alzan la voz para denunciar lo que está ocurriendo con la política hídrica de este país. Algo que se deberá analizar a partir de ahora y depurar responsabilidades, tanto a nivel político como de las propias confederaciones.

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