Sacar al lobo del listado de especies protegidas, una meta que no llega tras más de tres años de lucha
Ganaderos y habitantes de pueblos de Galicia, Asturias, Cantabria, La Rioja, Castilla y León batallan por que el animal deje de estar en el Lespre
Es una lucha que a los habitantes de las llamadas comunidades 'loberas' —Castilla y León, Asturias, Galicia, Cantabria y La Rioja, mayormente— no les sonará raro. La problemática con el lobo en estas regiones ha pasado de ser anecdótica a habitual después de que en 2021 el Consejo de Ministros incluyese a este animal en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre).
Desde entonces, está prohibida la caza de las poblaciones situadas al norte del río Duero, algo que hasta ese momento estaba permitido: «Únicamente podrán ser autorizadas capturas y extracciones de manera justificada cuando todas las medidas de prevención se hayan revelado ineficaces», reza la norma.
La consecuencia de esta decisión ha sido el incremento poblacional de la especie y, por ende, la multiplicación de sus ataques al ganado. Igualmente, las poblaciones han percibido un acercamiento de estos animales a pueblos y ciudades, e incluso a zonas de costa alejadas de las montañas, donde suelen habitar.
Es por ello que todas las regiones afectadas, independientemente de su color político, se han unido para pedir al Gobierno de España que cambie este estatus de protección, algo que tres años después aún no ha ocurrido. Y eso que desde la Comisión Europea sí que ha rebajado su protección internacional de «estrictamente protegida» a «protegida» en el Convenio de Berna sobre la conservación de la naturaleza. Esto permite a Europa modificar la Directiva Hábitats para poder cazar a la especie y aliviar así su crecimiento poblacional desmesurado.
Según un estudio realizado por los Servicios Técnicos de COAG, en 2022 se registraron 2.338 ataques más que el mismo periodo del año anterior; de 10.560 a 12.898. Según los datos, de 2012 a 2023 se ha pasado de 11.193 ejemplares de lobo a 20.300, «casi el doble en menos de una década».
Conjura de las comunidades del PP
Las regiones afectadas por el lobo gobernadas por el Partido Popular protagonizaron una ofensiva este jueves en el Senado para criticar la inclusión del animal en el Lespre, algo que consideran que es un «ataque» del Gobierno a la ganadería, armando así una conjura para exigir al Ejecutivo de Pedro Sánchez que revierta esta decisión.
A la mayoría absoluta del PP se ha unido el PNV para aprobar una iniciativa en la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado que inste al Ejecutivo a excluir al lobo de este listado. Han emplazado a Pedro Sánchez a que se revise la 'Estrategia española de conservación del lobo ibérico' para que se adecúe a los datos de los censos actuales y se apruebe una nueva estrategia con el consenso de las comunidades.
«Traición» de los socialistas
Sobre la negativa del PSOE a aceptar ese cambio de estatus, Mercedes Cruzado, ganadera de COAG Asturias, comentaba a El Debate que esta posición suponía una «traición». En abril, cuando se votó en el Congreso la proposición de ley para modificar el Real Decreto, Cruzado acudió a la Cámara Baja para «mirar a la cara a los diputados asturianos del PSOE que nos están diciendo que tienen esto recurrido en la Audiencia Nacional y que apoyan a los ganaderos, pero, sin embargo, dejan que los diputados asturianos en el Congreso en Madrid voten en contra de esta propuesta».
Este es el sentir mayoritario entre los afectados, el de abandono por parte de los socialistas. «Lo que estamos viendo es una sangría continua: animales malheridos, muertos o despeñados», explicaba. «Nos estamos jugando la soberanía alimentaria y el cuidado del territorio, porque si nosotros nos marchamos, el turismo va detrás y la gente dejaría de venir a Asturias».
Como decimos, tres años después, los ganaderos y el resto de afectados por la creciente población de lobos siguen sin soluciones ni respuestas. Mientras tanto, las manadas continúan aumentando y, tal y como recalcan muchas de las personas que residen en las comunidades afectadas, algún día «ocurrirá una tragedia», ya que los animales cada vez se acercan más a los humanos.