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Una familia de leones pasea en la sabana del Masái Mara (Kenia)

Una familia de leones pasea en la sabana del Masái Mara (Kenia)EFE

Los expertos alertan del peligro de las actividades turísticas con animales salvajes

Este mes, una turista española de 22 años, falleció tras ser atacada por un elefante en Tailandia mientras participaba en una actividad turística que incluía bañar al animal

Las actividades turísticas con animales salvajes, incluidas en numerosos paquetes de viaje, presentan riesgos significativos, según expertos consultados por Efe. Estos riesgos pueden evitarse mediante un enfoque basado en la observación responsable en lugar de la interacción directa.

Desde la iniciativa InfoZOOS, impulsada por la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA) y la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA), Alberto Díez señala que el atractivo de estas actividades radica en el deseo humano de conectar con la naturaleza. Sin embargo, destaca que los animales salvajes conservan instintos naturales que hacen sus reacciones imprevisibles, incluso tras ser entrenados, lo que puede poner en peligro tanto a los turistas como a los animales.

Por ello, InfoZOOS recomienda evitar cualquier actividad que fomente el contacto directo con animales salvajes por parte de personas no especializadas, incluso en recintos o santuarios ubicados en sus hábitats naturales. En su lugar, aboga por opciones de observación que no interfieran en el comportamiento de los animales y garanticen la seguridad de todos los involucrados. También sugiere verificar que las empresas responsables cuenten con certificaciones medioambientales y colaboren en proyectos de conservación.

La FAADA, a través de su proyecto Turismo responsable con los animales, ofrece en su página web consejos para reducir el impacto negativo del turismo en los animales y un listado de centros de rescate que permiten organizar «viajes responsables». Por su parte, World Animal Protection subraya que el turismo responsable debe centrarse en observar a los animales en su entorno natural para no alimentar la captura y el comercio de especies salvajes.

Casos recientes destacan los riesgos

El 3 de enero, Blanca Ojanguren, una turista española de 22 años, falleció tras ser atacada por un elefante en Tailandia mientras participaba en una actividad turística que incluía bañar al animal. Según Cristina Palacio, codirectora del santuario Kindred Spirit en Tailandia, incidentes como este reflejan los peligros de mantener animales salvajes en cautiverio. Palacio insta a informar mejor a los turistas para fomentar experiencias más respetuosas.

En India, durante un festival en Tirur, un elefante amaestrado embistió contra una multitud, dejando 23 heridos, uno de ellos en estado crítico. La FAADA atribuye este tipo de incidentes al estrés extremo al que se someten los animales en ceremonias ruidosas y multitudinarias, prácticas comunes en Asia del Sur. También critica la crueldad del adiestramiento necesario para someterlos a tales eventos.

Ante estos riesgos, la Fundación Franz Weber ha pedido a las autoridades españolas prohibir actividades de interacción con animales salvajes, desaconsejadas por la Ley de Zoos, pero aún permitidas. Según la fundación, el entrenamiento no elimina el estrés de los animales ni respeta sus necesidades biológicas y psicológicas, perpetuando prácticas que comprometen su bienestar.

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