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Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal se saludan en el Senado, en una imagen de archivo

Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal se saludan en el Senado, en una imagen de archivoEFE

El panorama de 2025

Vox consolida su subida en los sondeos y da un impulso renovado al bloque de derechas

Mientras el bloque de izquierdas acusa el desgaste, la formación de Abascal lleva desde otoño viviendo una primavera electoral adelantada que contrasta con las escasas oscilaciones en el voto del PP

La subida que protagonizó Vox en los sondeos en noviembre, tras la dana y la victoria de Donald Trump, no era flor de un mes. Al inicio de 2025, el partido de Santiago Abascal ha conseguido frenar a Alvise Pérez y consolidar su crecimiento, dando así un nuevo impulso al bloque de derechas. Porque, por el contrario, el PP mantiene una expectativa de voto que apenas se ha movido unas décimas arriba o abajo desde que comenzó el curso.

El promedio de encuestas privadas que realiza Electrocracia.com, y que recoge las últimas publicadas hasta el martes 7 de enero, sitúa a Alberto Núñez Feijóo en una horquilla de entre 147 y 148 escaños y a Abascal en una de entre 43 y 44. Aun en su franja más baja, juntos sumarían 190 escaños, que es la cifra que ya arrojó el primer sondeo del año de Target Point para El Debate, publicado el pasado 1 de enero. Se acabó la fiesta no llegaría al listón del 3 % de voto y muy probablemente se quedaría fuera del hemiciclo.

El promedio de encuestas elaborado por Electrocracia.com

El promedio de encuestas elaborado por Electrocracia.comDavid Díaz

En el bloque de izquierdas, la media de encuestas reitera lo que cada una de ellas -salvo el CIS- vienen apuntando desde que comenzó el curso: de celebrarse elecciones, Pedro Sánchez no tendría forma de reeditar su mayoría de investidura porque los números no dan. Lo cual redunda en su encastillamiento en la Moncloa. A los casi tres puntos y medio que pierde el PSOE desde las elecciones generales de julio de 2023 -se queda en 28,3 %- se une la caída estrepitosa de Sumar hasta el 5,8 % y entre ocho y nueve diputados por la irrupción de Podemos. Tres son multitud en la izquierda.

En lo mediático, Yolanda Díaz ha recuperado algo de foco informativo con su enfrentamiento con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, por la reducción de la jornada laboral, pero nada más. Y a costa de enfadar a sus socios del PSOE, que acusan a la vicepresidenta segunda de estar más en el relato que en la acción de gobierno, como contó El Debate. De eso y de tener «ansiedad» por controlar el espacio que comparte a regañadientes con el partido de Ione Belarra.

Los datos recogidos por Electrocracia.com sitúan al PP medio punto por encima del resultado que obtuvo en las urnas, pero medio por debajo del porcentaje que promedió en los sondeos de noviembre. Concretamente, en el 33,54 % de intención de voto. Esta atonía electoral es un asunto que está en las conversaciones de los populares, porque preocupa. Feijóo apenas está consiguiendo trasvase de voto del PSOE, que es el que vale doble puesto que supone quitárselo al otro bloque.

Por su parte, Vox comenzó en otoño su particular primavera electoral adelantada, después de meses de cierta zozobra por la irrupción de Alvise Pérez en el tablero de la derecha. En noviembre, los sondeos dieron a Abascal una media de 13,65 puntos que le permitieron escalar a su mejor registro desde la anterior legislatura. En diciembre mantuvo idéntica marca, que se traduce en entre 41 y 43 diputados en el gráfico de inicio de 2025, frente a los 33 que tiene en el hemiciclo. La cifra actual le imposibilita presentar ahora una moción de censura (necesitaría 35) como las dos que presentó la pasada legislatura. Y Feijóo y los suyos insisten en que no recurrirán a ese mecanismo constitucional mientras no tengan los votos suficientes, así que no se atisba moción de censura por ningún lado en lo que queda de curso.

La coyuntura nacional provocada por la dana y la crisis migratoria de Canarias y Ceuta, el triunfo de Trump y las decisiones estratégicas adoptadas por Vox en los últimos meses están detrás del repunte de la tercera formación del arco parlamentario. Entre esas decisiones se encuentra su salida de los cinco gobiernos autonómicos que compartía con el PP (Comunidad Valenciana, Castilla y León, Región de Murcia, Extremadura y Aragón); como también la marcha de Vox del grupo parlamentario europeo de Giorgia Meloni para aliarse con el húngaro Víktor Orbán y formar Patriotas por Europa. Abascal es, de hecho, su presidente.

En el acto de presentación de los actos por el 50 aniversario de la muerte de Franco celebrado el pasado miércoles, Pedro Sánchez advirtió, refiriéndose al grupo de Abascal: «Los valores y los regímenes autocráticos están avanzando. El fascismo que creímos dejar atrás es ya la tercera fuerza política en Europa, y la internacional reaccionaria, ultraderechista, liderada por el hombre más rico del planeta -en alusión a Elon Musk-, ataca abiertamente a nuestras instituciones, azuza el odio y llama a apoyar a los herederos del nazismo en Alemania en las próximas elecciones».

El presidente ha empezado el año espoleando a su electorado con Franco y a sus socios con el lawfare y las cloacas del Estado, sirviéndoles en bandeja de plata una reforma judicial que pretende atar en corto a lo que su socio Carles Puigdemont llama «la toga nostra».

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