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Importantes influencers fueron el reclamo de CryptoEats

Importantes influencers fueron el reclamo de CryptoEats

Fraude

CryptoEats se convierte en la primera gran estafa de las criptomonedas

Scotland Yard busca a la empresa falsa que se ha quedado con 500.000 libras de inversores en un negocio de comida a domicilio

La imagen es lo más importante. Eso es lo que pensó una empresa inglesa que decidió cometer la primera estafa importante basada en las criptomonedas. Los timadores urdieron un preciso plan en el que, todo hay que decirlo, invirtieron una suma de dinero importante.

Una empresa de comida a domicilio que iba a competir directamente con Uber Eats, Glovo o Deliveroo. Los dueños de la estafa elaboraron una nota de prensa que lanzaron y se publicó en más de 100 medios de comunicación. En el texto afirmaban que en la ronda de inversión previa habían acumulado 8 millones de euros de patrocinio de la liga italiana o acuerdos con empresas como McDonald’s.

CryptoEats vendió su imagen con repartidores en las calles

CryptoEats vendió su imagen con repartidores en las calles

En CryptoEats no había lugar para el engaño porque presumían de que la tecnología blockchain protegería a los compradores que hicieran su pedido y pagaran con cualquier criptomoneda. Este fue el truco de magia que llevó a los inversores a creer en la continuidad de CryptoEats. Mientras todos miraban y aceptaban que las compras eran seguras nadie reparó en que en el proceso de puesta en marcha de la empresa era donde estaba el engaño.

Un falso CEO

El siguiente paso fue poner la empresa en manos de influencers contratados para que replicaran por las redes sociales el nacimiento de CryptoEats. Un popular entrenador del Reino Unido escribió a sus más de 387.000 seguidores en Tik Tok: «Lanzan su criptomoneda el 17 de octubre. Solo os digo que uséis la cabeza. [Crypyo Eats] tiene más dinero que no sabe qué hacer con él».

Los falsificadores necesitaban una cara. Un CEO con un perfil Silicon Valley que asumiera la causa de CryptoEats. Entonces surgió Wade Phillips y un sonriente chico de brazos tatuados con un café en la mano y logo muy tecnológico detrás. Wade era en realidad una foto de un banco de imágenes gratuitas, pero de eso nadie se dio cuenta.

El punto final a la gran estafa de CryptoEats fue una fiesta en Londres a la que acudieron muchos famosos que ahora están siendo interrogados por Scotland Yard para saber el paradero de las 500.000 libras que fueron transferidas a varios monederos de criptomonedas del desarrollador antes de desaparecer por completo.

Sus redes sociales tampoco existen y las autoridades investigan cómo pueden tirar del hilo del dinero cuando ha saltado al mundo de las criptodivisas. 

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