2011-2022
Steve Jobs, el 'hombre anuncio' que colocó a Apple en el escaparate de la industria
Se cumplen 11 años de la muerte del personaje que puso cara a Apple, aunque la mente pensante que había detrás era otro Steve
Un 5 de octubre de 2011 fallecía Steve Jobs después de una larga enfermedad que, cómo no, también llenó titulares por su forma de enfrentarse a ella. Porque todo lo que hacía Jobs era noticia. Sus decisiones trascendieron de la empresa a la sociedad y, con toda la intención, acabó dejando un legado que nadie podrá superar en Apple.
Jobs-Wozniak
Steve Jobs no tenía ni idea de ordenadores, ni de computación, ni de programación, tampoco se metió en un garaje de California a inventar una máquina que diera la vuelta al mundo porque para eso estaban IBM o HP.
El personaje que dio origen a todo lo que hoy es Apple es Bill Fernández, el ingeniero que presentó a Steve Wozniak y a Steve Jobs en junio de 1971. La persona que conectó a dos mentes únicas y el resto es historia.
Wozniak andaba diseñando y construyendo con Fernández unos ordenadores básicos con piezas sueltas o chips donados por amigos. Eran máquinas imperfectas, pero perfectas para un momento de la historia mundial donde se esperaba un cambio de era.
La caja azul fue el pilar sobre el que se asentó Apple. Wozniak construyó un artilugio para hacer llamadas a larga distancia sin coste, una especie de Facetime de los años 70. Jobs no participaba en ese montaje porque no tenía conocimientos. Pero cuando las 200 cajas azules llegaron a sus manos las vendió a 150 dólares cada una para ganar los primeros 30.000 dólares con los que aspirar a algo más.
Media naranja
Es lógico que Wozniak y Jobs acabasen mal, fuera de la empresa e intentando buscar nuevos proyectos. Algo que no le ha pasado a Elon Musk o a Mark Zuckeberg porque no han necesitado una media naranja empresarial.
Steve Wozniak cumplió este verano 72 años y en una entrevista recordó esos inicios y lloró la muerte de su amigo. «Steve Jobs no sabía nada de computadoras. No entendía a la tecnología de entonces. Tampoco es cierto lo que dicen las películas sobre que había un garaje donde discutíamos cómo hacer las computadoras. ¡Todo salió de mi mente!», explicó.
En 1976 nació Apple y Jobs se volvió a colocar detrás del nombre, aunque el logo fue cosa del creativo Rob Janoff cuando Jobs y Wozniak le contaron que Apple era un homenaje a Newton.
Soy un inventor y mi lugar es un laboratorio no el departamento de marketing
Todo fue sobre ruedas en aquellos primeros años y los dos Steve se hicieron millonarios en apenas un año. Apple I y Apple II fueron un éxito de ventas hasta que llegaron los dos accidentes que hundieron la empresa.
El primero fue el de Wozniak, que se estrelló con una avioneta y perdió la memoria hasta el punto de no recordar ni su propio nombre. El segundo fue el Apple III, un fracaso de ventas que nadie se explicó hasta que Wozniak se recuperó del accidente.
Marketing vs. Ingeniería
El marketing de Jobs tomó las riendas del departamento de ingeniería. Eran publicistas los que diseñaban ordenadores sin apenas fondo. Los fallos de hardware fueron del cien por cien y Wozniak se quejó amargamente hasta asegurar que «soy un inventor y mi lugar es un laboratorio, no el departamento de marketing».
Desde ese momento sus caminos se separaron, aunque la amistad nunca se terminó. Wozniak se dedicó a la educación y a dar conferencias como uno de los grandes inventores del siglo XXI y Jobs salió y volvió a Apple en apenas unos años.
Apple no hubiera sido nada sin los dos Steve. El Steve que inventaba y el Steve que vendía
Apple no hubiera sido nada sin los dos Steve. El Steve que inventaba y el Steve que vendía. Ya sin Wozniak en la compañía, Jobs decidió cubrir la parte de la ingeniería con el mejor equipo posible para igualar su capacidad de crear necesidades a base de diseño.
Se trataba de tener los mejores productos por fuera, pero también por dentro. Y lo ha conseguido: su legado y su inercia llegan hasta el chip M de los ordenadores, el sonido espacial de los AirPods o el sistema operativo iOS de sus móviles.
Bueno por dentro y mejor por fuera.