Refutan una teoría sobre animales vigente desde el siglo XIX
La regla de Bergmann establece que las criaturas de climas más fríos en latitudes altas tienden a ser más grandes que sus parientes de climas más cálidos
La regla de Bergmann, que establece desde el siglo XIX que los animales en climas más fríos de latitudes altas tienden a ser más grandes que sus parientes de climas más cálidos, ha sido refutada.
Un nuevo estudio, dirigido por científicos de la Universidad de Alaska Fairbanks (UAF) y la Universidad de Reading, determina que el registro fósil muestra lo contrario.
«Nuestro estudio muestra que la evolución de los diversos tamaños corporales en dinosaurios y mamíferos no puede reducirse a una simple función de la latitud o la temperatura», dijo en un comunicado Lauren Wilson, estudiante de posgrado de la UAF y autora principal de un artículo publicado en la revista Nature Communications. «Descubrimos que la regla de Bergmann sólo es aplicable a un subconjunto de animales homeotérmicos (aquellos que mantienen temperaturas corporales estables), y sólo cuando se considera la temperatura, ignorando todas las demás variables climáticas. Esto sugiere que la 'regla' de Bergmann es realmente la excepción y no la regla».
El estudio comenzó como una simple pregunta que Wilson discutió con su asesor universitario: ¿Se aplica la regla de Bergmann a los dinosaurios?
Después de evaluar cientos de datos extraídos del registro fósil, la respuesta parecía un rotundo «no».
El conjunto de datos incluía los dinosaurios más septentrionales conocidos por los científicos, los de la Formación Prince Creek de Alaska. Experimentaron temperaturas bajo cero y nevadas. A pesar de esto, los investigadores no encontraron ningún aumento notable en el tamaño corporal de ninguno de los dinosaurios del Ártico.
A continuación, los investigadores intentaron la misma evaluación con mamíferos y aves modernos, descendientes de mamíferos y dinosaurios prehistóricos. Los resultados fueron en gran medida los mismos: la latitud no predecía el tamaño corporal en las especies modernas de aves y mamíferos. Existía una pequeña relación entre el tamaño corporal de las aves modernas y la temperatura, pero no ocurría lo mismo con las aves prehistóricas.
No se pueden entender los ecosistemas modernos si se ignoran sus raíces evolutivasDirector del Museo del Norte de la Universidad de Alaska
Los investigadores dicen que el estudio es un buen ejemplo de cómo los científicos pueden y deben utilizar el registro fósil para probar las reglas e hipótesis científicas actuales.
«El registro fósil proporciona una ventana a ecosistemas y condiciones climáticas completamente diferentes, lo que nos permite evaluar la aplicabilidad de estas reglas ecológicas de una manera completamente nueva», dijo Jacob Gardner, investigador postdoctoral de la Universidad de Reading y otro autor principal del estudio.
Las reglas científicas deberían aplicarse a los organismos fósiles de la misma manera que se aplican a los organismos modernos, dijo Pat Druckenmiller, director del Museo del Norte de la Universidad de Alaska y uno de los coautores del artículo.
«No se pueden entender los ecosistemas modernos si se ignoran sus raíces evolutivas», afirmó. «Hay que mirar al pasado para comprender cómo las cosas llegaron a ser lo que son hoy».