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Arturo Pérez-Reverte, en el programa 'El Hormiguero'

Arturo Pérez-Reverte, en el programa 'El Hormiguero'

'El Hormiguero'

Pérez-Reverte: «Sánchez es un pistolero, ha matado incluso a los sicarios que mataban en su nombre»

El autor de ‘El Italiano’ sostiene que Vox crece porque «la izquierda le allana el camino»

Pablo Motos dio a Arturo Pérez-Reverte tratamiento de presidente del Gobierno. El escritor pisaba por primera vez el plató de El Hormiguero y el presentador dedicó todo el programa a su invitado, al igual que había hecho en su día con Felipe González. Como cuando asistió el ex presidente socialista, las hormigas tampoco asomaron la cabeza.

De entrada, Pérez-Reverte contó que, para acudir al programa, venció su alergia a los platós (los odia porque le traen recuerdos) por insistencia de un amigo común de ambos, el experto en ciberseguridad Chema Alonso. Hace unos días, los tres y Leo Harlem visitaron la sede de la Real Academia Española de la Lengua. Allí se produjo una anécdota, cuando Pablo Motos, que venía de hacer deporte, amagó con colgar su bolsa en una de las perchas que se encontró a la entrada. 

«La academia tiene muchas tradiciones, y una es la de los percheros. Cuando un académico nuevo entra, se le da su perchero. Y están todos por orden de antigüedad, y, a medida que van muriendo, uno va progresando y tu nombre se va moviendo por los percheros hasta el final, que es el morir, como diría Jorge Manrique. El perchero es un lugar de respeto, por eso no dejé que colgaras ahí tu mugrienta bolsa», explicó, con una sonrisa, el escritor.

De la vejez y de la muerte

Pérez Reverte hizo durante la entrevista constantes alusiones a su edad (pronto cumplirá 70 años) y a la muerte. «¿A ti no te agobia lo de la muerte?», planteó Motos casi al principio. «No, no porque sea muy valiente, sino porque lo asumo. Quizá porque leí a Séneca muy jovencito, leí a los estoicos y porque vi morirse a mucha gente. Y cuando ves morir a mucha gente, te das cuenta de que también te tocará a ti un día. No pasa nada. Hace millones de años que los seres humanos mueren».

Reivindicó la sabiduría que da la edad. «Yo soy viejo. El viejo no es contemporáneo, no puede serlo. Tienes una larga vida, unas lecturas, una lucidez… Una mirada… Antes al viejo se le ponía en el centro de la hoguera y el joven aprendía del viejo. Ahora lo que hacemos es apartarlos. Estamos privando a los jóvenes de la experiencia del viejo, de la mirada». En concreto, su mirada está formada con miles de lecturas. Tiene una biblioteca formada por 32.000 libros, si bien reconoció que, obviamente, no los ha leído todos.

Y trazó después un paralelismo entre el Viejo Continente y el desprecio de la vejez: «Es como Europa. La Europa actual se está haciendo no en base al pasado europeo que nos une, sino en base a un futuro ideal que quieren conseguir. Están borrando la memoria para que esa Europa futura no tenga ningún lastre del pasado. Pero eso nos está dejando huérfanos de memoria y de experiencia».

En esa Europa «hemos creado una religión hecha de virtudes que creemos exportable». Y a su juicio no lo es: «En China le importa la colectividad, el individuo no existe. En el mundo árabe, no hay democracia posible, ni comunismo, porque es Dios el que dicta la norma, y eso no lo entendemos».

‘El Italiano’ y otros héroes

Arturo Pérez-Reverte, en 'El Hormiguero'.

Arturo Pérez-Reverte, en 'El Hormiguero'.

Hablaron de la guerra, en general, y en concreto de los episodios bélicos de El italiano, última novela del autor. Cuenta la historia de una unidad de buzos italianos (Orsa Maggiore) que actuó en 1942 y 1943: «Son buzos que salían de Algeciras con una especie de torpedos tripulados y minaban los barcos ingleses. Hundieron catorce barcos en la bahía de Gibraltar». «Muchos de ellos sí murieron. Y a muchos de ellos los ingleses les hicieron honores especiales, les echaron la corona de flores al mar. Eran hombres especiales. Jóvenes todos, todos buzos nadadores, en buena forma. Aguantar el frío, la noche, la oscuridad, tíos muy serenos», detalló.

La historia de esta unidad se la contó su padre cuando era niño. Y desde entonces rondó en su cabeza. Se apoderó de ella cuando releyendo a Ulises, en concreto una escena la que el héroe emerge del agua.

A propósito del libro, el autor de El pintor de batallas hizo una larga reflexión sobre los héroes y las heroínas: «El héroe masculino es más fácil de ver, de conocer. Pero el héroe femenino es más complejo. Porque la mujer, cuando pelea… La mujer ha estado acorralada durante muchísimo tiempo, ha estado contra la pared. Tiene muchos silencios, muchos rencores, muchas causas perdidas en la memoria biológica. Por eso cuando pelea, sabe que si pierde la batalla va a ser aniquilada. El hombre tiene un montón de recursos: el fútbol, los amigos, el bar de la esquina… La mujer, hasta las más inteligentes y las más sociabilizadas, tienen una soledad personal muy intensa. Por eso, cuando pelea, sabe que se juega mucho en la pelea. Y Elena [la protagonista de su última novela] es eso. Una mujer que pelea. Es un soldado en territorio hostil».

James Bond y los enemigos

A esta edad ya no le importa tener adversarios: «El enemigo tiene muchas ventajas. Cuando eres joven te puede aplastar. Pero cuando tienes una trayectoria, el enemigo es otra cosa, incluso es educativo, te hace estar atento. Es como el mar. Es muy hijo de puta. Los buenos enemigos te mantienen despierto, dices ‘por dónde va a venirme la puñalada’. Son muy útiles cuando llegas a cierto estadio de la vida».

Habló de uno que lucha contra los enemigos en la ficción, James Bond, y de cómo hace unos días él sufrió un linchamiento digital por decir, tras ver la última película de 007, que habían convertido al personaje en «un moñas». «Ese no es mi James Bond. Casino Royale, de Craig, me pareció buenísima. Es machista, es violento, es chulo, es elegante. Respétalo. Cuando yo veo a Bond con el peluche de la niña en la mano, llorando. Ese no es mi Bond».

El lenguaje inclusivo

Entró a casi todos los trapos Reverte. Como al del lenguaje inclusivo, al que reconoció que se opuso desde el principio. Cree que es obra del «feminismo ultra-radical» y que forma parte de esa nueva religión. «El lenguaje se basa en muchas pautas machistas y debe cambiar, de hecho, cambia, pero no puede violentar, que se cambie en cuatro días vía decreto. Yo trabajo con el lenguaje y necesito que la lengua sea limpia, práctica», expuso, ante de declararse «anti-inclusivo radical por defensa propia». «¿Me va a escribir esto a mí Irene Montero?», preguntó mientras tomaba su libro en la mano. «No, no puede ser. Con todo el respeto, ‘no, señora’. Lo siento mucho, dedíquese usted a la política, que es lo suyo. Déjeme usted la lengua española tranquila».

Los líderes de hoy

Motos planteó el tema de la actualidad política española. Y Reverte también entró al trapo. Con quien más se extendió fue con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. «Lo definí hace tres años, en una entrevista. Dije: ‘Es valiente, no tiene escrúpulos, es inmune a las hemerotecas y va a a aguantar bastante bien’. Dije: ‘Es un pistolero, los va a matar a todos, y a los que no los ha matado los va a matar, y matará al Rey si hace falta. Ahora, tres años después, los ha matado a todos, ha matado incluso a los sicarios que mataban en su nombre. Los ha matado a todos, a todos, y al Rey no lo mató porque lo necesita. Si no lo necesitara, lo mataría también».

«En ese sentido –se extendió–, me parece un personaje interesantísimo. Tiene todos los atributos del personaje de la Florencia del Renacimiento, maquiavélica, de Shakespeare… Es malo y es chulo, y es ambicioso y es arrogante, y es cínico, yo creo que es muy interesante. Si mi hija se casara con él, a lo mejor yo no estaría muy contento», afirmó, causando las risas del público.

Pronostica que, cuando toque volver a votar, vencerá de nuevo. «Y va a ganar, porque mira lo que tiene enfrente. A Casado solo lo ve presidente si Sánchez mete la pata de manera estrepitosa: La gente no vota a favor, vota en contra».

En cuanto al crecimiento de Vox, tiene claro el motivo: «Porque la izquierda le allana el camino». Con la nueva religión. «La ultraderecha tiene mucho futuro en Europa», y eso obedece a los «errores graves de insulto a la inteligencia» que «la izquierda comete en España y fuera de España».

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