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El cantante que más discos ha hecho vender a Manuel Alejandro (y no es Julio Iglesias)

'El Hormiguero'

El cantante que más discos ha hecho vender a Manuel Alejandro (y no es Julio Iglesias)

Manuel Alejandro entró cojeando en el plató de El Hormiguero. Y de excelente humor: «Me he operado porque me reclama el Jerez, que quiero que vuelva a Primera».

Su cadera ha pasado por quirófano. Las caderas las hemos movido con él. A modo de presentación, Pablo Motos enumeró parte de las canciones escritas por Manuel Alejandro que forman parte del acervo popular español: Yo soy aquel, Como yo te amo, Si amanece, Voy a perder la cabeza por tu amor, Lo mejor de tu vida, Soy rebelde, Háblame del mar marinero, Lo siento mi amor, Se nos rompió el amor… Así hasta 600. «Menos Macarena y El corazón partío, que son las dos que han dado más dinero en la historia», apuntilló con mucha gracia.

Así compone

El jerezano, que el próximo 20 de febrero cumplirá 89 años, se presenta como «escribidor de canciones», no como compositor: «Yo he estudiado mucha música, muchísima. Mi padre era compositor sinfónico. Es, porque el compositor no muere. Me enseñó desde pequeño: desde los ocho años, el piano, la armonía, el contrapunto…». «Sé exactamente lo que es componer. Y la canción es un pétalo que se desprende de la música. No es más. La canción no le hace falta componerla; como la flor, nace ya hecha, cantada», reflexionó.

El presentador quiso conocer su método compositivo:

Motos: ¿Por dónde empiezas?

Alejandro: Yo siempre pido un anticipo.

Y se rieron los dos.

Ya en serio, abrió en parte su caja de herramientas: «La canción yo la hago en un momento, del tirón. Crecen y no las tienes que tocar. Pero para hacer eso hay que estudiar mucho, sentarse mucho en el piano. Eso es lo que hago desde que tenía ocho años. Cada día, dos o tres horas de tocar el piano, de leer música, de leer filosofía…».

Pueden nacer conduciendo, como los versos más brillantes («mañana por la mañana, si no se rompe la noche / haremos locuras nuevas con el amor que nos sobre») de un clásico de Julio Iglesias, Que no se rompa la noche, que surgieron yendo en coche por la avenida de Concha Espina, en Madrid. También pueden surgir en una fiesta, tomando una copa, hablando con amigos…

Los inicios con Raphael

Pero antes de Julio fue Rafael, aún sin «ph». Unos tiempos muy de actualidad por el documental de Movistar +, Raphaelismo.

«Íbamos a todos los puticlubs de Madrid», apuntó. De ese lumpen nació Inmensidad, que «habla de la vida de una mujer de la vida». A la canción «veintitantos» se hizo la luz para estos dos andaluces. Porque ese tema fue Yo soy aquel: «Ahí cambió todo», admitió el jerezano. Y eso que Raphael solo fue séptimo en Eurovisión con su interpretación.

Yo soy aquel es una canción en la que Manuel Alejandro habla de él mismo y de su amor por Purificación, la que fue su mujer durante «57 años y 10 días», hasta que ella falleció de covid. «Era mi inspiración total y absoluta. La primera canción que le dediqué fue Yo soy aquel. La escribo en el 65 y salió en el 66». El es el «yo» de Yo soy aquel.

Recordó además que Y ya te quería, que canta Alejandro Sanz, es el último tema compuesto por él que Purificación escuchó. Al recordarla, se emocionó hasta llorar, y Pablo Motos tuvo que cambiar de tercio.

Por cierto, el compositor jerezano fue el padrino en el bautizo de Alejandro Sanz, pero desde su encuentro en la pila tardaron en volver a verse. Mucho. «Las circunstancias nos hicieron encontrarnos hace un año, escasamente». La conexión, no podía ser de otra manera, fue instantánea.

El boli mágico

La varita mágica de Manuel Alejandro es un bolígrafo Parker dorado. Dos veces lo perdió y las dos apareció, para fortuna de la música española.

«Todas las canciones las ha escrito con el mismo bolígrafo. Desde 1967», detalló. La primera vez que le perdió la pista fue en un gran hotel de México. Él sospechaba que se lo habían robado. El director del hotel reunió a la plantilla y anunció que todos serían expulsados si no aparecía el Parker dorado del señor Alejandro. Y apareció.

La segunda vez fue un accidente. Estaba viviendo con Julio Iglesias en Indian Creek. Se fue hacia el embarcadero. Se le escurrió y cayó entre las tablas. Al mar. Julio contrató a diez buzos que no pararon hasta que lo encontraron.

«No he escrito nunca en la vida con otra cosa que no sea esta», dijo mientras mostraba el boli a cámara. «Siempre está encima del piano».

Todo habría sido diferente sin ese bolígrafo. Pero también si no se llega a fracturar el brazo derecho con 16 años: «Me hizo cambiar el norte». Tras tres años de operaciones, no quedó bien. Arrastra desde entonces un problema de movilidad: no lo puede abrir ni cerrar del todo. Eso lo inhabilitó para ser compositor sinfónico, como quería su padre.

Ofrecimiento a Pablo Alborán

Ha trabajado para los más grandes. De España, pero también de Sudamérica, aunque sus composiciones para Emmanuel, José José y El Puma sean a este lado del charco mucho menos conocidas. «José José es el tío que me vendió más discos: 27 millones de álbumes con un disco que se llamaba Secretos», apuntó.

Manuel Alejandro, durante su entrevista en 'El Hormiguero'

Manuel Alejandro, durante su entrevista en 'El Hormiguero'

¿Cómo ha manejado a tanta estrella? «He tenido la amistad justa para tenerlos siempre en el pedestal».

¿Le queda alguien en el tintero? ¿Le gustaría escribir para algún artista actual? «Hoy casi todos se hacen ya las canciones. Van con el bocadillo», bromeó. Pero el maestro acabó contestando: «Para Pablo». Se refería a Pablo Alborán.

Dejó una propuesta. Y una promesa: «A Julio lo traigo yo de la oreja aquí». Y es que nuestro cantante más internacional, íntimo de Manuel Alejandro y de sus hijas, no ha ido nunca al programa de Motos.

Pero lo que dejó, sobre todo, fue la estela de un genio. El más grande pasó anoche por El Hormiguero y lució su varita mágica.

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