El año en que los grandes programas se cuestionaron: de 'Masterchef' a 'El Hormiguero', pasando por 'Pasapalabra'

Acaba 2022 y es tiempo de balance. La televisión convencional, la de toda la vida, poco ha cambiado de un año para otro. Lo que más se veía el año pasado se siguió viendo en el que ahora finalizar. Y no solo hablamos de fútbol, que también, sino de los principales programas. En las últimas semanas, tres de los espacios más seguidos de la tele han sufrido embates importantes, han sido terriblemente cuestionados. Hablamos de MasterChef, El Hormiguero y Pesadilla en la cocina. También ha sido un año complicado para Sálvame. Pero lo cierto es que en este 2022 que se acaba de la polémica no se libra ni un programa tan blanco como Pasapalabra.

MasterChef (La 1) quedó muy tocado tras la edición celebrity del pasado año. El suicidio de Verónica Forqué, a la que se le había visto desquiciada en el talent culinario solo unos meses antes, sirvió para que se retomasen las acusaciones contra el talent culinario, que muchos ex concursantes consideran una olla exprés de estrés. Este año se han celebrado tres ediciones, una de anónimos (la que ganó María Lo), una de famosos (en la que se impuso Lorena Castell) y una navideña que se está desarrollando sin demasiado éxito. La polémica llegó una vez finalizada la edición de celebrities, con unas acusaciones tremendas de Patricia Conde, entre ellas una sorprendente relativa al uso de drogas por parte de los aspirantes.

Nada menos que un ministerio puso en el punto de mira El Hormiguero (Antena 3). Fue, claro, el de Irene Montero. Tirando de hemeroteca, Igualdad lo acusó de machismo. Motos fue contundente en su respuesta: «El Ministerio de Igualdad miente». Sin embargo, eso no calmó a los acólitos de la ministra, que se dedicaron a bucear en la hemeroteca para seguir sacando más presuntos momentos machistas protagonizados por Pablo Motos. A esta segunda oleada no contestó. Lo hizo uno de sus colaboradores, el marido de Nuria Roca, el polémico Juan del Val: alegó que eran imágenes descontextualizadas y que los tiempos habían cambiado mucho. Esto es indiscutible: quién nos iba a decir cuando se empezó a emitir El Hormiguero que algún día habría un Ministerio de Igualdad y una ministra como Irene Montero.

Más reciente, de hace unos días, es la polémica que ha afectado a Pesadilla en la cocina (La Sexta), si bien en este caso hay que decir que todo ruido que haya en torno a este espacio le beneficia, pues casa con la propia idiosincrasia del programa. El caso es que Chicote se fue al rescate de un restaurante en Puertollano y el dueño, un tal Chema, le ha cantado las cuarenta a posteriori y ha desvelado los secretos que se esconden en el último rincón de la cocina de este espacio televisivo.

En cuanto a Pasapalabra, que sigue siendo el concurso más visto de la tele, la polémica ha tenido como marco las redes sociales. Es constante, hasta el punto de que es raro la semana en la que no rebrote. Los partidarios de Rafa Castaño defienden que los roscos de Orestes Barbero son más fáciles, mientras que los de Orestes sostienen que ocurre justamente lo contrario. ¿Quién tiene razón? Ni los unos ni los otros. La prueba definitiva es lo que ha ocurrido este año en varias ocasiones: que tanto uno como el otro sabían todas las respuestas del panel ajeno.

En 2022 también se ha hablado mucho del ocaso de Sálvame, el programa bandera de Telecinco. Sus distintas versiones se han reorganizado y renovado ante la caída de la audiencia, sobre todo por las mordidas de Antena 3 en ciertos tramos horarios de las sobremesas y las tardes. en los que antaño el programa del corazón –y de las tripas– era líder indiscutible.

Los popes de la cadena restaron miga a esa bajón con un argumento incontestable: llevan muchos años exprimiendo la vaca y nada es para siempre. Es decir, que si había que bajar la persiana, se bajaba y punto pelota. No obstante, Sálvame ha logrado salvar los muebles.