El PSOE contra las hormigas

La difunta coalición de Gobierno tiene un nuevo enemigo: a la «derecha extrema» y la «extrema derecha» (Pedro Sánchez dixit) hay que sumar los programas de máxima audiencia (Pedro Sánchez dixit II). No sorprende en el caso de Podemos, pues va en su ADN fundador el señalamiento de casi todos (y todas), televisiones incluidas, pero sí en el del PSOE, que se ha sumado alegre a esta táctica que (ojo: spoiler) no es ganadora.

Lo de Podemos, decíamos, viene de atrás. En noviembre del 2013, Pablo Iglesias visitó el campus de la Universidad coruñesa y concedió una entrevista a Galiza Ano Cero, un canal digital recién creado y de su cuerda ideológica. Esto dijo: «Lo que ataca la libertad de expresión es que la mayor parte de los medios sean privaos. E incluso que los medios sean privaos ataca a la libertad de expresión, hay que decirlo abiertamente. ¿Por qué esto de tener medios va a ser un privilegio de los ricos? Que solamente tengan medios de comunicación los multimilonarios. Si alguien los tiene que tener, tiene que estar controlado por una cosa que se llama Estao, con todas sus contradicciones, pero que es representativo en última instancia de la voluntad popular. Por tanto, vamos a devolver al pueblo lo que es del pueblo».

Curiosamente, en su ascenso a la popularidad se sirvió de medios privados. Ese mismo año 2013, unos meses antes, en abril, Pablo Iglesias hizo su primera aparición televisiva viral. Fue en El gato al agua, y discutió con Federico Jiménez Losantos. Siguió yendo a Intereconomía unos cuantos programas, y después dio el salto a programas como Las mañanas de Cuatro y, especialmente, La Sexta Noche, que fue el que lo catapultó al éxito.

El 17 de enero de 2014 se fundó Podemos, y ahí se abrió una etapa de la política española que podría cerrarse en breve. Cuatro meses después, logró cinco escaños en las elecciones europeas y se convirtió en el partido de moda. Se convirtió en misión casi imposible encender la televisión y que no saliese un líder de Podemos (uno nacional o uno del Círculo Podemos del pueblo de doña Rogelia, todo valía). Acortemos el resto del relato. Del amor se pasó al odio. Ahora, hasta la Sexta es el demonio, encarnado en Ferreras. Pero en su pole position de la inquina sigue mandando Antena 3 y tres de sus buques insignia: Ana Rosa, El Hormiguero y el telediario de Vallés, por orden de aparición en la parrilla.

Tras años de señalamiento permanente a periodistas que son críticos con su gestión, el partido fundado por Pablo Iglesias va camino de la desaparición, y eso no es algo que digamos nosotros sino su socia en el Gobierno de España, la vicepresidenta Nadia Calviño.

Pero se ve que los podemitas quieren morir matando. Para muestra, un botón: el tuit que Pablo Echenique dedicó el viernes a otro programa de éxito, Horizonte, de Iker Jiménez.

El pasado domingo, el PSOE se dio un castañazo en las elecciones municipales. Lejos de hacer autocrítica, Pedro Sánchez ha reaccionado a lo podemita. El pasado miércoles, el líder socialista fue al Congreso de los Diputados para disfrutar de una jornada de baño y masaje proporcionada por sus diputados y senadores. Entre salva y salva de aplausos, le escuchamos decir esto: «Veremos en programas de máxima audiencia a gente que solo se representa a ellos mismos pontificar e insultar sin derecho a réplica. Se van a inventar barbaridades y nada es nuevo porque lo que están haciendo es copiar los métodos de sus maestros norteamericanos», afirmó el todavía presidente del Gobierno.

Ahí tenemos a todo un presidente del Gobierno señalando a los programas de máxima audiencia. Él indicó el camino y otros lo han seguido. Por si había dudas de a qué programas se refería Sánchez, Ion Antolín Llorente, dircom del PSOE, nos lo deja claro en un hilo de Twitter: a los de Antena 3, especialmente El Hormiguero.

Hace unas semanas escribimos Podemos contra las hormigas. Ya vimos cómo le ha ido a Podemos en las municipales. Tras el batacazo socialista en esas elecciones, escribimos el PSOE contras las hormigas. Veremos cómo le irá al PSOE en las generales.