La 10 películas españolas subvencionadas menos vistas
El Estado continúa dando dinero público para financiar producciones que solo muestran los intereses de un lado de la población
La industria cinematográfica sigue siendo un punto estratégico en cuanto a política se refiere. Y ahora con las elecciones generales a la vuelta de la esquina aún más. Mientras Pedro Sánchez ha lanzado un bono para los mayores de 65 años en el que el cine los martes cueste dos euros, se ha destapado la cruda realidad de este mercado y sus producciones nacionales: reciben subvenciones muchísimo más elevadas que lo que recaudan. El Estado sigue dando ayudas económicas millonarias para producciones que no consiguen una facturación que se acerque a ellas.
Tal y como ha publicado Libre Mercado, hay 10 películas españolas que han sido un absoluto fracaso en taquilla. En primer lugar está Historias lamentables, una producción de Javier Fesser de 2021 que obtuvo una recaudación de poco más de 10 mil euros, habiendo obtenido un millón de subvención. En segundo lugar, El universo de Oliver, que obtuvo el mismo dinero del Estado y una recaudación aproximada de 31 mil euros. En tercer lugar, Todas las lunas, dirigida por Igor Legarreta, con una recaudación de 32 mil euros y en cuarto lugar, Sin ti no puedo, un drama dirigido por Chus Gutiérrez que obtuvo más de 37 mil euros en taquilla, por detrás de El Cover, con un total de 73 mil euros recaudados. Érase una vez en Euskadi consiguió 80 mil euros, casi a la par que Dehesa, con 81. Mientras que El sustituto y La casa del caracol recaudaron 125 mil y 127 mil euros respectivamente, La Hija fue la ficción que mayor dinero consiguió en taquilla, con un total de 233 mil euros.
Todas las películas obtuvieron una subvención por parte del Estado de un millón de euros y, tal y como afirma el digital, tan solo tres de ellas lograron recaudar el 10% -y solo una el 20%- de lo recibido en ayudas. Además de quedar demostrado con datos que los ciudadanos no están interesados en el cine nacional, se están financiando a actores y directores que solo crean obras audiovisuales que satisfacen sus intereses, en lugar de ofrecer al público un contenido que entretenga, guste y alce las visitas a las salas cinematográficas; piezas de ficción que enganchen al espectador, que consiga que pague la entrada del cine y que, sobre todo, lleve hasta lo más alto en cifras al arte español.
Y es que, el resultado de esta financiación mal gestionada solo está consiguiendo que el cine se convierta en un arma propagandística al que se le da visibilidad cuando interesa, como ocurre ahora en plena campaña electoral para las próximas elecciones generales. Por tanto, se está creando una industria que solo es capaz de sostenerse con dinero público, haciendo un flaco favor al Estado al no conseguir recaudar ni un 10% de lo recibido. Aunque, como todo, hay excepciones, como los filmes de Santiago Segura, Padre no hay más que uno o su segunda parte, que consiguieron obtener en taquilla más de lo recibido.