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Jinénez Losantos, en su pueblo, en un momento del programa de la cadena pública

Jinénez Losantos, en su pueblo, en un momento del programa de la cadena públicaLa 2

‘En primicia’

El día en que el Gobierno socialista concedió licencia de armas a Jiménez Losantos

El escritor y locutor repasó su vida en una entrevista en La 2

Como un hombre «ferozmente libre» lo definió Cayetana Álvarez de Toledo, una de las voces que intervino en el documental biográfico que La 2 dedicó este jueves a Federico Jiménez Losantos (FJL) en el programa En primicia. Albert Boadella, Alaska y Jorge Bustos también le brindaron elogios. No los hubo por parte del popular Borja Sémper, que no es santo de la devoción de FJL.

Una larga entrevista realizada por Lara Ciscar fue el hilo conductor de un repaso por su vida y obra que comenzó en su infancia en un pueblo de Teruel, donde a punto estuvo de morir de tuberculosis a los siete años.

Su progenitor, zapatero de oficio, murió muy joven. Las becas le permitieron prosperar en los estudios. «Practicamente mi padre es Labordeta», afirmó. El cantautor fue su profesor, y esto lo aprendió con él: «Las cosas al alumno le gustan si a ti te gustan». Labordeta fue padre y mentor. Se hizo comunista. Vivió en una comuna en Barcelona. Escribió en El País contra la política lingüística de Jordi Pujol y esto le puso en la diana de Terra Lliure, que lo secuestró y le pegó un tiro en una pierna. Físicamente se restableció relativamente rápido, pero el «estrés postraumático» le duró años: «Cometí un error, que es no ir al psicológo o al psicoanalista. Tienes la euforia de estar vivo, y tenía que haber hecho más tratamiento». Después se llegaron sus diez años como profesor de Literatura y su llegada a la primera línea del periodismo con el Diario 16 de Pedro J. Ramirez.

Hubo tiempo para repasar su facilidad para crear apodos con gancho: «Es una forma de descalificación satírica», apuntó el fundador de esRadio. «Maricomplejines», «Alberto Ruín Gallardón» y «Jamacuca», en el bando de la derecha. En la izquierda, «Coma-Andante», por Fidel Castro («vivió demasiado el hijoputa»), o «Barbie Astronauta», por Yolanda Díaz (popularizó lo de «La Fashionaria», pero no es de su autoría, pues confesó haberlo leído en un comentario de un internauta). Lo de «Campechano» en relación al Rey Juan Carlos sí es de su autoría.

La entrevista era grabada, pero se habló de asuntos que han sido de lo más comentado en las últimas horas, como el alto nivel de crispación del país. «El ambiente lo ha polarizado siempre el Partido Socialista. A los tontos de la derecha, que es muy tonta, siempre los pillan. ‘Es que están crispando’. ‘No, hombre, no’. La derecha son como niños de Primera Comunión, no se enteran de nada».

Lara Ciscar le preguntó si no teme «el efecto» que sus reflexiones «puedan provocar en sus oyentes», en el sentido de «que se puedan exasperar, que puedan perder el respeto a una figura institucional». «Si te refieres a los presidentes que venden España, espero que les pierdan el respeto por completo. Por supuesto, por eso lo digo. O sea, respeto al que merece respeto», contestó. Para evitar que se malinterpretasen sus palabras, al poco matizó: «Yo no digo que disparen a los socialistas».

Al que le dispararon fue a él, los de Terra Lliure. Y después estuvo en las listas de objetivos de ETA, momento en el que solicitó al Gobierno contar con licencia de armas. «Yo había pedido licencia de armas, y no me la quería dar el Gobierno. Y el día en que vuelan a Aznar, me llama Belloch, que era el ministro de Interior y de Justicia, para decirme que ya tengo licencia de armas. Por supuesto, yo ya me había hecho ya con un arma por mi cuenta», reveló, y la presentadora preguntó si eso lo podría contar en el documental o habría que quitarlo en el montaje. «Se puede contar, es verdad», contestó.

FJL explicó el motivo por el que deseaba esa licencia: «Yo, después del secuestro, lo único que lamenté es no ir armado. A mí, que me maten, bah. He vivido mucho y he dado mucha murga y he he hecho lo que me da la gana. Pero que me secuestren, no. Eso no. Prefiero liarme a tiros, que me maten, antes que el secuestro. Por eso quería la licencia. Si vas armado, te tienen que matar, no te pueden secuestrar», argumentó. En ese tiempo iba «con armas propias y con escolta». El escolta no lo aportaba el Gobierno: «Yo siempre he tenido el mío, particular. No me fío del Ministerio del Interior. Para algo tienen que servir los sueldos buenos de la COPE».

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