Cine
Muere Donald Sutherland, el actor con 60 años de carrera que Hollywood solo premió al final
Ha fallecido a los 88 años en Miami después de una larga enfermedad
El actor Donald Sutherland ha fallecido este jueves en Miami, a los 88 años, después de una larga enfermedad y con una trayectoria de más de 60 años en el cine y la televisión en la que se acumulan los títulos destacados: M.A.S.H, Klute, Casanova, Novecento, Doce del patíbulo, Los violentos de Kelly, El ojo de la aguja, Gente corriente, J.F.K: caso abierto, Orgullo y prejuicio y, en los últimos años, varias entregas de la saga Los juegos del hambre. Su hijo, el también actor Kiefer Sutherland, protagonista de la serie 24, ha dedicado un cariñoso mensaje en las redes sociales a su padre.
«Con un gran pesar en mi corazón os comunico que mi padre, Donald Sutherland, ha fallecido. Personalmente creo que fue uno de los actores más importantes de la historia del cine. Nunca se dejó intimidar por un papel, bueno, malo o desagradable. Amaba lo que hacía y hacía lo que amaba, y nadie puede pedir más que eso. Una vida bien vivida», ha escrito Kiefer Sutherland a modo de despedida.
La frase en la que Kiefer Sutherland define a su padre como «uno de los actores más importantes de la historia del cine» suena a merecida reivindicación de una figura a la que Hollywood llenó de trabajo pero vació de reconocimiento. Extrañamente, con una carrera tan larga llena de títulos importantes, Donald Sutherland nunca recibió una nominación al Oscar. La Academia de Hollywood, como tantas otras veces con el propósito de reparar el agravio, concedió al actor el Oscar Honorífico en 2017. Demasiado tarde, aunque llegara a tiempo. Demasiado insuficiente para un actor como él, de mirada abierta, amplia y profunda que volvía imposible que apartáramos la nuestra de la pantalla.
Entre tanto y con frecuencia tan bueno, se antoja difícil rebuscar en la memoria un mal trabajo, una mala interpretación –sí, en cambio, alguna mala película, como es lógico con más de 150 títulos a sus espaldas–, de Donald Sutherland. Nacido en Canadá en 1935, tocó casi todos los géneros imaginables sin estropear nada y, las más de las veces, mejorando lo que había. Así ha ocurrido hasta el final de su carrera, como el juez Parker de la serie Hombres de ley: Bass Reeves, su último trabajo para la televisión; o antes, en The Undoing, la serie con Nicole Kidman y Hugh Grant que prometía al principio y decepcionaba al final, y El teléfono del señor Harrigan, una de sus últimas películas, ya en los tiempos de Netflix.
Pero donde más lejos llegó la mirada penetrante de Donald Sutherland, más aún que en sus incursiones en el cine bélico, fue quizá en las películas de suspense. Singularmente, en las de espías, como El ojo de la aguja, que probablemente estos días quede diluida en el recuerdo de la gente.
El reconocimiento que le negó insistentemente la Academia de Hollywood en los Oscar sí se lo brindó la Asociación de la Prensa Extranjera en los Globos de Oro: fue nominado hasta en nueve ocasiones y ganó dos premios. Los dos en la misma categoría, la de mejor actor de reparto en serie, miniserie o película para televisión, por Ciudadano X –con la que también ganó el Emmy– y Camino a la guerra. El Festival de San Sebastián le otorgó el Premio Donostia en 2019. Y, sobre todo, el reconocimiento a Donald Sutherland, además del que recibió de su familia y en especial de su orgulloso hijo Kiefer, se lo dieron los prestigiosos directores con los que trabajó: Federico Fellini, Bernardo Bertolucci, Clint Eastwood (Space Cowboys), Robert Redford, Robert Aldrich, Oliver Stone, Alan J. Pakula, Ron Howard, Anthony Minghella, Dalton Trumbo en su única película como realizador, Johnny cogió su fusil... La lista, aunque no tanto como las películas que conforman su filmografía, es casi tan inabarcable como su mirada.