La peor semana del año para ver la tele

«¿No echan nada en la tele?». La pregunta suena, ya desde hace demasiado tiempo, anacrónica. Analógica, si se quiere, ya que hablamos de televisión. Aun así, cuando uno escuchaba en casa esa pregunta retórica, a menudo terminaba rascando algo que le interesaba a base de zapping. Ahora, en mitad de agosto, sí es cuando de verdad no echan nada en la tele, más allá de El Grand Prix y otros concursos, aunque alguno se sirva enlatado en verano.

Las cadenas tiran estos días del cine –ese al que la mayoría de las cadenas generalistas margina el resto del año– para el horario de máxima audiencia, pero más para rellenar huecos que para apostar por la calidad: Thi Mai, rumbo a Vietnam (Antena 3), El libro secreto de Henry (Telecinco), El rey Peret (La 1), que es una película para televisión (tv movie)...

Uno echa en falta a sus referentes en la información, ahora de vacaciones como es merecido, y también, como amante del deporte, añora las dos semanas precedentes con la retransmisión de los Juegos Olímpicos de París 2024, a diferencia de muchos seguidores de La Moderna y La Promesa, los afectados en ese tiempo por la cobertura de TVE de los Juegos Olímpicos, y que celebran el regreso de sus series tras dos semanas de ausencia.

En la tele de antes, cuando el número de canales, escaso, era inversamente proporcional al entretenimiento de los programas, uno no podía evitar la sensación de decepción cuando algún día –no todos– la oferta no respondía a sus gustos. Ahora no puede haber decepción porque uno, de la tele actual, ya espera entre poco y nada. No digamos ya en verano, con reposiciones y suplencias hasta el inicio del curso que, esta vez, sí promete emociones fuertes con la ocurrencia de llevar a Broncano y su programa a TVE al precio de 14 millones de euros la temporada.

Tengo ganas, y está claro que no soy el único, de que El Hormiguero aplaste en audiencia al programa de Broncano tras su fichaje al dictado de Moncloa. Deseo también que a Carlos Latre le vaya mucho mejor en Telecinco que a La Resiliencia o como quiera que vaya a llamarse el traslado de La Resistencia a La 1, aunque la apuesta sea arriesgada y parezca sentenciada antes de tiempo. Ojalá no sea así. No se lo merecería alguien como Latre entregado a la noble causa del humor.