Spielberg revela la única película que ve cada Navidad

La pregunta de qué define a una película clásica de Navidad es más difícil de responder de lo que a priori uno puede llegar a pensar. Desde la diversión familiar de Solo en casa a las violentas alegrías de La jungla de Cristal, los límites del género están desdibujados y, a día de hoy, casi cualquier filme podría formar parte de la clasificación. Que se lo digan si no a los que esperan la llegada de estas fechas para volver a ver sus sagas favoritas como El señor de los Anillos o Harry Potter.

En una época en la que está a la orden del día reunirse con la familia, son muchos los que esperan ansiosos esas eternas sobremesas delante del televisor con reposiciones de películas antiguas. Dramas para llorar, comedias para reír, ambientas o no en Navidad... las opciones son ilimitadas, está claro. Aunque los hay que tiran por los clásicos de toda la vida e instauran como tradición verlos año tras año.

El mejor ejemplo de ello es Steven Spielberg. Uno de los mejores cineastas hasta la fecha también tiene sus favoritas para estas fechas. Y no, no es ni Love actually, Gremlins, Pesadilla antes de Navidad, The Holiday ni ninguna otra reciente que se ha ganado la fama de película navideña.

Para el director, la mejor en este sentido es ¡Qué bello es vivir!, el clásico entre los clásicos. De hecho, lo mejor y lo peor que le ha podido pasar a esta es que dejase de estar protegida por derechos de autor para quedar en la oscura tierra del servicio público. Las cadenas comenzaron a emitirla todos los años, lo que generó una ola de amor y una sensación ilusoria de que siempre había sido así de popular.

Precisamente, uno de los puntos a favor de la película de Frank Capra es lo bien que se mantiene a lo largo de los años. Es una de esas historias eternas como Casablanca o El tercer hombre que mejoran con el tiempo. ¡Qué bello es vivir! funciona como una fábula, una especie de Cuento de Navidad al revés: en lugar de un anciano mezquino al que se le muestran escenas de felicidad, tenemos a un héroe que se hunde en la desesperación por no poder salir nunca de su tranquilo lugar de nacimiento, Bedford Falls.

George Bailey, interpretado por el inolvidable James Stewart, se ve obligado a abandonar sus sueños de viajar por el mundo y cursar estudios universitarios para quedarse en casa y ocuparse del negocio familiar. Cuando este último se arruina, George está a punto de tirarse por un puente, pero Angel Clarence le da la oportunidad de ver cómo sería el mundo si lo hiciera.

Respaldada por este fascinante concepto filosófico, ¡Qué bello es vivir! es una película de culto donde la celebración que hace Capra de la comunidad y el optimismo están orquestados con una maestría consumada, complementando perfectamente las risas a carcajadas con el sentimentalismo más conmovedor y el encanto exuberante de las películas de los años 40.

Spielberg recalca también que a su familia le encanta ponerse De ilusión también se vive, con Maureen O'Hara y John Payne. «Y por alguna razón a mis hijos les encanta ver El mago de Oz por centésima vez», explica el consagrado cineasta. Sin duda, una selección cuya calidad en materia cinematográfica la hace digna de un maratón. Sea Navidad o no.