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El libro 'Los amantes extranjeros', de Ana R. Cañil

El libro 'Los amantes extranjeros', de Ana R. Cañil

Libros

España a través de los ojos de Julio Verne, George Orwell, Ernest Hemingway y otros guiris

El libro Los amantes extranjeros, de Ana R. Cañil, recorre algunos de los lugares más emblemáticos de nuestro país de la mano de los grandes viajeros extranjeros que dejaron plasmado su enorme amor por España... y sus contradicciones

Se enamoraron de España. Julio Verne, George Orwell, Edith Wharton o Hans Christian Andersen fueron, además de Ernest Hemingway, algunos de los escritores que visitaron España en su época, un país fuera del grand tour europeo y sobre el que dejaron constancia en sus textos, una mirada de guiris que recoge ahora en un libro Ana R. Cañil.

Los amantes extranjeros, editado por Espasa, es el título del libro en el que la periodista y escritora viaja por la España que visitaron escritores George Orwell, Julio Verne, Edith Wharton, Washington Irving, Gabriel García Márquez, Stefan Zweig, Richard Ford, George Borrow, Jan Morris, Hans Christian Andersen, Théophile Gautier, Ernest Hemingway y de sus escritos sobre la Alhambra, el Paseo del Prado, Barcelona, El Escorial, la Maragatería, Vigo o Sevilla.

Escritos que desvelan como veían a los españoles y a un país que no formaba parte del grand tour: Inglaterra, Francia, Italia y a veces Grecia estaban mucho antes y los que se desviaron a la Península Ibérica casi siempre lo hacían por accidente o buscaban exotismo. «Observar la mirada extranjera de hace dos siglos y la de hace veinte años supone un soplo de autoestima para el español de hoy», sostiene la autora.

La escritora Ana R. Cañil, con la Alhambra de fondo

La escritora Ana R. Cañil, con la Alhambra de fondo

Cañil destaca «joyas» como los Diarios de viaje por España del estadounidense George Ticknor, considerado el primer autor de una Historia literaria española (1849) y precursor en Harvard de los estudios hispanísticos en Estados Unidos, que recorrió la península en 1818. Sigue también los pasos del británico Richard Ford, el aristócrata displicente y cariñoso con los «pobres españoles», o su amigo George Borrow, el vendedor de biblias e historias fantásticas, quienes viajaron por España en la primera parte de la década de 1830 y encabezaron la lista de los curiosos que amaron tanto a los españoles como los despreciaron: el Manual para viajeros por España y lectores en casa marcó la visión de los británicos durante décadas.

El libro de Cañil recorre la Alhambra con el diplomático y escritor norteamericano Washington Irving (1783-1859) y sus Cuentos de la Alhambra y el mundialmente célebre autor de cuentos Hans Christian Andersen y su Viaje por España. También con el francés Théophile Gautier, poeta, novelista y fotógrafo, autor de otro libro con el mismo título, Viaje por España, que muestra en su visita al Monasterio de El Escorial una gran antipatía hacia Felipe II, al arquitecto Juan de Herrera y al Greco.

La bahía de Vigo, origen del Nautilus

Julio Verne visitó la bahía de Vigo y muestra de ello es La rada de Vigo, el capítulo octavo del libro en el que da vida al Nautilus, el submarino que recorre los océanos del mundo dirigido por el capitán Nemo. El escritor pasó por la ciudad en gallega en 1884 y 1887: «No podéis imaginar nada más prodigioso que esta bahía, lago inmenso rodeado de montañas», escribió. Por su parte, Edith Wharton (1862-1937), referente para miles de mujeres, fue una rica y culta escritora norteamericana que recorrió España en varias ocasiones. Destacan sobre todo sus notas sobre Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, dos iglesias del románico asturiano que emocionaron también años más tarde al escritor, traductor e hispanista neerlandés Cees Noteboom, que comparte con la norteamericana la fascinación por viajar fuera de las rutas más conocidas.

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Casi todos los viajeros románticos y del siglo pasado que visitaron España, según indica la autora, se preguntaron implícitamente cómo era posible que un imperio que en pleno siglo XVI era dueño del mundo y culto se convirtiera durante el XIX y hasta la última parte del XX «en uno de los más pobres, atrasados y tristes de Europa». Y mientras que para algunos escritores era un misterio, otros lo atribuían en parte a la influencia de la Iglesia y a los malos gobernantes mientras que otros, como Joseph Townsend o Jan Morris, no liberaron a los españoles de su responsabilidad, señala en el libro.

Un siglo después de la explosión de los «románticos», la Segunda República fue ejemplo para la izquierda internacional y la guerra civil hizo que los españoles se convirtieran en héroes para millones de idealistas de todo el mundo: «Viajar a la sierra de Guadarrama de la mano de Henry Bluckey o Ernest Hemingway es sentir la tristeza por lo que no fue y el orgullo por todo lo que se luchó para que sí fuera», dice la autora.

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