La escritora de 'Blonde' dice que la película fue «masacrada» porque el director es un hombre

Joyce Carol Oates, una de las escritoras siempre en las quinielas del Nobel, autora de Blonde, la novela en que se basa la dura y polémica película de Andrew Dominik sobre Marilyn Monroe, protagonizada por una extraordinaria Ana de Armas, demuestra a los 84 años que la verdadera modernidad nada tiene que ver con la edad.

El «feminismo» actual es un anciano en comparación a la visión de la autora de Lockport, quien a estas alturas, en una entrevista concedida a El Mundo, no tiene ningún reparo (en realidad nunca lo tuvo, quizá por esto nunca gane el Nobel) en afirmar que el filme basado en su historia fue «masacrado» porque el director es un hombre.

«Cualquier hombre que intenta hacer una película con una mujer como víctima es por definición sospechoso. Como es hombre, sus motivos siempre serán dudosos», ha afirmado sin ambages. «Como es un hombre se interpretó que estaba abusando de Marilyn. Es decir, que en su idea de denunciar el maltrato acabó por ser confundido como un maltratador más de Marilyn. Estoy convencida de que si una mujer hubiera hecho la película, habría tenido una recepción diferente», ha dicho.

Oates asegura que la mayoría de las películas basadas en sus libros son diferentes a lo que ella escribió, a pesar de lo cual, en el caso de Blonde, no dudó en defender la versión cinematográfica incluso admitiendo que tuvo que verla en varios intentos por ser «emocionalmente impresionante». «Nadie quiere ver ni pensar en nadie tan maltratado en vida como Marilyn», continúa: «Tenía apenas 20 años. Podía ser prestada de una productora a otra como si fuera parte del mobiliario...».

«Está claro que eso no ocurre con estrellas actuales como Lady Gaga o Madonna. Quiero creer que si Marilyn viviera sería como ellas y ningún hombre determinaría su futuro», argumenta Oates, quien publica una nueva novela, Babysitter, un retrato implacable de la sociedad actual con trazas de suspense.