El sectarismo de los animalistas con el que comienzan su ofensiva contra la tauromaquia a la sombra de Urtasun
Distintas organizaciones registraron el jueves una Iniciativa Legislativa Popular para derogar la ley que considera los toros patrimonio cultural
Diversas organizaciones animalistas registraron el jueves en el Congreso de los Diputados una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para derogar la ley que protege la tauromaquia como patrimonio cultural. Cristina Ibáñez, portavoz de esta manifestación de la democracia directa, presentada bajo la consigna «No es mi cultura», dijo que eran «optimistas con la conciencia que se ha ido ganando en la sociedad española».
«Momento favorable»
Esta portavoz destacó con tosca sutileza que no quieren presionar «a una persona en concreto», pero admitiendo que el hecho de que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se haya pronunciado en contra de la tauromaquia es otra señal de un momento «favorable» para sus pretensiones de prohibición.
La ILP pretende denunciar que «la ley estatal actual socava las competencias autonómicas y municipales, dado que en la práctica no permite a ayuntamientos y autonomías regular en materia del patrimonio cultural propio» una variante cultural de la «descentralización» en todos los ámbitos a la que se refiere con asiduidad este Gobierno, en particular el ministro Urtasun a propósito de los museos.
170 millones para el cine español
Aducen los totalitarios que «según las estadísticas del Ministerio de Cultura, en estos 10 años los festejos populares y las corridas de toros han disminuido aproximadamente a la mitad», e insisten en que el problema es que las autonomías no pueden regular en contra de la tauromaquia porque esta está «blindada».
¿Se imagina alguien que en vez de hablar de tauromaquia se hablara, por ejemplo, del cine español, esa industria deficitaria a pesar de estar ampliamente subvencionada? El cine español recauda más por ayudas que por recaudación. Este año, cifra récord, el cine español ha recibido 170 millones de euros en subvenciones (¿cabe mayor y más efectivo «blindaje»?), mientras la tauromaquia, patrimonio cultural, solo recibe 30.000 para el ganador de su Premio Nacional.
Primer ataque de la legislatura
El cine español, «según las estadísticas (y los datos irrefutables)», utilizando el lenguaje de los animalistas, cae a una velocidad de crucero en comparación a la tauromaquia, pero nadie presenta (ni se le ocurre) una Iniciativa Legislativa Popular (con el nombre «No es mi cultura») aduciendo la falta de interés del público. La sola mención de la idea ya produce alipori, pero lo cierto es que es la primera acción contra la tauromaquia en esta nueva legislatura radical en este y otros aspectos que busca al final del camino una mayoría parlamentaria que prohíba los toros en España a la sombra de Urtasun.