Sergio del Molino: «'Los alemanes' son 'raros' que viven en una Alemania y en una España que no existen»

Personajes de ficción que proceden de una historia real. De Los alemanes dice Sergio del Molino que es difícil no cargar con la culpa de tus mayores. Es injusto, pero es cierto. Se refirió el premiado a Mel Brooks y a El jovencito Frankenstein, que quería llamarse Fronkonstein, para librarse de eso. Es el orgullo, la estirpe en la que se han educado los protagonistas. La novela que surgió en el presente sobre el pasado después de algunos intentos fallidos.

Alemanes de Camerún

La historia transcurre en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, cuando llegan al puerto de Cádiz 600 alemanes desde Camerún para refugiarse en España. La historia que estaba en el caletre de Del Molino, pero que no terminaba de nacer. Un cementerio en Zaragoza, donde el autor recuerda a uno de sus inquilinos, el músico Mauricio Aznar Müller, amigo de Enrique Bunbury, descendiente de estos alemanes.

Del Molino habla de la relación estrecha entre los alemanes y los cementerios, del agrado de Bertold Brecht por vivir al lado de uno de ellos. «Bertha es el personaje más fácil», dice el escritor, «porque desde el principio se apoderó de la narración», se convirtió en su favorita, «como los hijos», bromea Del Molino, quien habla de su sufrimiento, de lo que él mismo le ha hecho sufrir «por confianza».

Fede fue el personaje más difícil, la parte menos grata de mí mismo

Fede es el personaje duro, difícil, el espejo o el peor espejo. «La parte menos grata de mí mismo». Habló el galardonado de la identidad, de la preocupación que genera en la actualidad, la sustitución de los valores en un mundo sin asideros. Por ello recurre al pasado, para tener «conciencia de donde venimos». Se hace parte de una generación que le echa la culpa a la anterior, el debate contemporáneo que está en la novela.

Son los alemanes los prisioneros de guerra que llegan a una España completamente diferente a principios del XX. Los hombres que ven el mundo con distancia, frente al que se sienten al margen en su burbuja de patricios alemanes a los que no quieren en Alemania y se construyen un país, una burbuja a parte. Los alemanes es inventiva, pero sin alejarse «demasiado» de la historia que rondó la cabeza de Sergio del Molino durante tantos años.

Los alemanes son raros, una particularidad a pesar de la cual todos nos podemos sentir identificados

La familia con fortuna, industriales en decadencia. Los últimos descendientes que se enfrentan a la disolución de su dinastía. Una inmigración privilegiada, en la ausencia de xenofobia. No son inmigrantes. No son pobres. Son «raros». Son desarraigados. Viven en una Alemania que no existe y en una España que tampoco existe. Todo es «raro» por esta particularidad con la que, según el autor, a pesar de la rareza, «todos nos podemos sentir identificados».

Uno de los grandes debates en el mundo

La familia que se nazifica cuando llega el III Reich, pues también son derrotados. La querencia por el nazismo, por la Alemania que no fue y que han perdido y que representa la gran nostalgia para ellos. Destaca el jurado «la maestría del desarrollo de la trama y de los personajes, la originalidad, las sutiles capas de cebolla, los temas esenciales que se van superponiendo y van llegando hasta ahora, uno de los grandes debates de hoy en el mundo, de cómo el pasado puede responsabilizar al presente», dijo Rosa Montero.

Es también la historia de una familia en descomposición con banda sonora. El prerromanticismo alemán copado por Schubert como las notas de sus pasiones de lo que son y de lo que hacen los protagonistas de la novela ganadora del Premio Alfaguara 2024, a la venta con la llegada de la primavera.