Confirma sus condiciones Alejandro Chicharro
La espada le impide cortar trofeo en la tercera y última novillada de la Feria
Con buena entrada, novillos nobles y de escaso juego de Guadaira y Torrehandilla (de encaste Jandilla, ambas ganaderías). Devuelven por flojos dos y, en un festejo que supera las dos horas y media, sólo nos salva del desastre horario absoluto la pericia de Florito (al que acaba de dedicar una de sus estupendas columnas en El Debate Alfonso Ussía). Sólo destaca Alejandro Chicharro, que hubiera cortado con seguridad un trofeo (quizá, dos) si hubiera acertado con la espada.
El francés Lalo de María, rubio, espigado, es hijo de la rejoneadora María Sara. En su presentación en Las Ventas, sufrió, al entrar a matar, un tremendo pitonazo en la nariz, del que salió con un chorro de sangre. Lo acompaña ahora el maestro José Antonio Campuzano.
El primero, de la ganadería titular, es noble y pronto. Comienza Lalo de María de rodillas y su trasteo es correcto pero no logra conectar con el público. Mata de un espadazo trasero.
Sustituido por flojo el cuarto, el sobrero, un jabonero sucio, sale echando las manos por delante, embiste con la cara alta, quizá está lastimado en una mano. El joven diestro sólo muestra cierto avance en el oficio y mata a la segunda.
Se presenta Pepe Luis Cirugeda, de Algeciras, avecindado en Nava del Rey, que ganó el certamen Camino hacia Las Ventas.
Devuelto el segundo, el sobrero acude pronto y alegre al caballo. Dedica Cirugeda un simpático brindis a la Policía Nacional que cumple ahora doscientos años. El toro es violento, pega tornillazo, engancha la muleta; además, se raja muy pronto. Pincha mal, sin confiarse.
Recibe al quinto con una larga a porta gayola y repite el lance en el tercio. Como es habitual, Pepe Luis está más verde con el capote que con la muleta. Se luce en dos grandes pares de banderillas David Adalid, que tantas veces ha triunfado en esta Plaza. El novillo se para pronto, se queda corto, surge un desarme. Muestra de nuevo su inexperiencia al matar.
Alejandro Chicharro, de Miraflores de la Sierra, logró nada menos que abrir la Puerta Grande de Las Ventas hace menos de un mes, por su valor y por sus estocadas. Esta tarde, demuestra que tiene condiciones: sólo la espada le impide redondear su triunfo. (Curiosamente, uno de sus apoderados es el futbolista Raúl de Tomás).
En el tercero, protestado por su justa presencia, lidia bien Raúl Ruiz, corriendo hacia atrás, al salir del caballo, y banderillea bien Juan Carlos Rey, asomándose al balcón. El novillo embiste con la cara alta y se para pronto pero Alejandro liga largos y templados muletazos por los dos lados. Tiene ideas claras y valor, se coloca bien, se cruza al pitón contrario. Pierde la oreja, que tenía segura, por pinchar en hueso, la primera vez, y da una justa vuelta al ruedo.
El sexto, de nombre histórico, «Jaquetón», da mal juego en varas, flaquea y es soso. Brinda a su padre. Los estatuarios iniciales no sirven para fijar a una res distraída. A pesar de la nula emoción que transmite el novillo, se luce Chicharro sacándole naturales templados, cruzándose de nuevo al pitón contrario. La espada, otra vez, impide el posible trofeo pero deja buena impresión: ha confirmado que el éxito en la tarde de su presentación no fue fortuito sino que posee cualidades. Habrá que seguirlo.
POSTDATA: El último novillo de esta tarde se llamaba «Jaquetón», igual que el toro de la ganadería de Solís que lidió Currito en Madrid en 1887: tomó nueve varas, mató siete caballos; fue quizá el primer toro indultado en la capital, aunque no logró sobrevivir a la lidia. Al día siguiente, en El Liberal, el buen periodista Mariano de Cavia, que firmaba las crónicas taurinas como «Sobaquillo», le dedicó estos humorísticos versos:
se le haría un funeral.
¡Oh, gran Jaquetón!, yo espero
que tendrás tu centenario,
que te se (sic) alzará un santuario
y que habrá en él culto y clero.
Cuando el siglo venidero
nos consagre su atención,
olvidará a Napoleón
y tendrá de ti memoria,
que éste será, por tu gloria,
el siglo de Jaquetón.
Por desgracia, el sexto novillo de esta tarde no ha hecho honor a su nombre.
FICHA
- Madrid. Feria de San Isidro. Martes 28 de mayo. Muy buena entrada. Novillos de Guadaira (1º, 3º y 6º), con remiendo y sobreros de Torrehandilla (2º, 4º y 5º): en general, nobles, flojos, de escaso juego.
- LALO DE MARÍA, de azul y oro, estocada trasera (silencio). En el cuarto, pinchazo y estocada contraria (silencio).
- PEPE LUIS CIRUGEDA, que se presentaba, de verde y oro, 4 pinchazos y estocada (aviso, silencio). En el quinto, 5 pinchazos y estocada corta (silencio).
- ALEJANDRO CHICHARRO, de lila y oro, pinchazo y estocada (aviso, petición y vuelta). En el sexto, pinchazo hondo y 4 descabellos (aviso, saludos).