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Andrés Amorós
Crónica deAndrés AmorósPamplona

Vibrante pelea de Juan de Castilla con serios toros de Escolar

También corta oreja Rafaelillo, en una corrida muy encastada

Actualizada 21:50

Juan de Castilla durante la lidia de su primer toro, al que cortó una oreja

Juan de Castilla durante la lidia de su primer toro, al que cortó una orejaEFE

Es otra Fiesta. Llegan los toros de Escolar: duros, con el interés y las dificultades que tiene la casta. No los matan las primeras figuras, por supuesto, sino veteranos especializados en este tipo de corridas y un torero nuevo que hace méritos para intentar abrirse camino. El ambiente es el mismo, las peñas siguen a lo suyo pero el espectáculo es totalmente distinto: se trata, ante todo, de evitar los percances; luego, de sortear dignamente las dificultades; si, además de eso, surge la posibilidad de algún lucimiento, miel sobre hojuelas. Con respecto a otras tardes, se pierde en estética pero se gana en emoción. Con estos toros, desde luego, no cabe hacer monerías: se impone la lidia clásica.

Con el mejor lote, Juan de Castilla se la juega de verdad y pierde la Puerta Grande por el fallo con la espada pero corta una oreja y deja buena impresión. También corta un trofeo Rafaelillo, que cumple bien su papel de veterano con oficio. A Gómez del Pilar le toca bailar con la más fea.

El murciano Rafaelillo, curtido en mil batallas, sufrió aquí un gravísimo percance con un Miura que lo desbarató contra las tablas, por arriesgar demasiado. Con este tipo de ganaderías, si te equivocas, lo pagas. Sabe de sobra buscarle las vueltas a estos toros.

Recibe de rodillas, en el tercio, al primero y lo lidia, genuflexo. El toro empuja con los riñones en el primer puyazo. Se luce, con los palos, Juan Sierra. Brinda al banderillero José Mora, que ha sufrido una muy grave cornada. (Lo mismo hará Gómez del Pilar, en el quinto). El toro, muy encastado, acude de largo: comienza embistiendo con nobleza pero saca complicaciones, le pega un pitonazo en la pierna. Con gran facilidad, Rafaelillo deja una gran estocada: cae el toro sin puntilla y se concede la oreja. No ha sido una faena redonda pero sí de mérito y muy bien rematada.

Desplante de Rafaelillo al primero de su lote. Su faena fue premiada con una oreja

Desplante de Rafaelillo al primero de su lote. Su faena fue premiada con una orejaEFE

También recibe de rodillas al cuarto, largo, acapachado, astifino, al que pican y banderillean mal. El toro es probón, se para pronto. Con oficio, le saca unos pocos muletazos: no tiene más. Se lo quita de en medio con habilidad, a la segunda.

También tiene experiencia en muchas guerras el madrileño Gómez del Pilar, que debuta como matador en Pamplona pero conoce bien estos toros. El segundo, muy veleto, engancha el capote y desarma. Lo pican mal. Buenos pares de Candelas. Comienza el toro repitiendo con nobleza pero dura poco, sale desentendido, a media altura. Pasa el diestro un momento de apuro cuando lo sorprende con la muleta retrasada. El trasteo es correcto, sin brillo. Mata con decisión, desprendido.

El quinto es serísimo, fuerte, cornivuelto: «un galán», decían antes. Impone por su presencia y su agresividad. Además, no se entrega ni humilla. Lo pican trasero, cuando lo adecuado sería lo contrario. Con habilidad, Gómez del Pilar le saca muletazos de uno en uno, perdiendo pasos; al final, logra unos derechazos de mano baja y unas manoletinas, para los mozos. Se ha justificado, ha podido cortar una oreja pero se atasca con la espada, entrando de lejos y clavando tendido. Ha acabado pasándolo mal.

Pase de pecho de Gómez del Pilar, que no tuvo fortuna con el sorteo

Pase de pecho de Gómez del Pilar, que no tuvo fortuna con el sorteoEFE

El colombiano Juan de Castilla, al que en sus comienzos protegió el pintor Botero, dejó una excelente impresión en Las Ventas, hace poco. Es justo que, en Pamplona, le ofrezcan esta oportunidad, para nada fácil. Pero San Fermín es una excelente ocasión para darse a conocer. Tiene suerte con su lote pero, además de entregarse, sorprende por su oficio, mayor del que cabría esperar, dado lo poco que ha toreado en España.

El tercero se llama Escribano: ¡si llega a tocarle a Manuel!... Es alto y grande, lo pican y banderillean mal, pero repite, con emoción. Comienza Juan de rodillas, en el centro, y resuelve bien la papeleta. Luego, liga derechazos largos y templados, que el toro toma con nobleza. La clave es que se pone de verdad en el sitio donde los toros embisten –pero también pueden herir–, adelanta la muleta y corre bien la mano, prolongando la embestida. El toro ha sido muy bueno por la derecha y la faena, justa, medida, la remata con una estocada tendida: oreja.

Juan de Castilla con trofeo conseguido esta tarde en Pamplona, donde volvió a colgarse el cartel de 'No hay billetes'

Juan de Castilla con el trofeo conseguido esta tarde en Pamplona, donde volvió a colgarse el cartel de 'No hay billetes'EFE

Intentando redondear el triunfo, va a porta gayola en el último, que sale pegando regates. El toro humilla, se come el capote, se revuelve rápido. Queriendo cuidarlo, lo pican poco. El brindis es emotivo: por Colombia, su patria, donde se está atacando a la tauromaquia. (El episodio de derribar la estatua del maestro César Rincón es realmente bochornoso). Dice Juan: «No nos podemos rendir». Él, desde luego, no se rinde, se la juega de verdad, pero al toro le ha faltado un puyazo, el trasteo resulta acelerado, pasa momentos de apuro. Y los fallos con la espada le hacen perder el triunfo grande, que ha tenido cerca, pero deja buena impresión.

La corrida de Escolar ha respondido a lo esperado: seria, encastada, exigente. Otros preferirán toros que «se dejan». Yo no me he aburrido ni un momento, esta tarde: ha sido una auténtica corrida de toros.

ficha

  • Pamplona. San Fermín. Viernes 13 de julio. Toros de José Escolar, muy serios, encastados, abiertos de pitones, de juego variado. Destacan 3º y 6º.
  • RAFAELILLO, de azul marino y oro, buena estocada (oreja). En el cuarto, estocada baja (silencio).
  • GÓMEZ DEL PILAR, de gris perla y oro, con cabos negros, estocada desprendida (palmas). En el quinto, 5 pinchazos, media tendida y 5 descabellos (dos ávidos, silencio).
  • JUAN DE CASTILLA, de blanco y oro, estocada tendida (oreja). En el sexto, dos pinchazos, estocada y dos descabellos (saludos).
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