El revisionismo «woke» se cuela en las celebraciones por el 275º aniversario de la figura universal de Goethe

Alemania celebra este miércoles los 275 años del nacimiento de Johann Wolfgang Goethe, su más destacado escritor y también figura relevante en otros campos. El Museo Goethe, ubicado en la cada donde vivió, es gratuito este miércoles, lugar donde también se celebran debates y discusiones sobre su obra, algunas de ellas sobre su supuesta pérdida de actualidad. Un presunto extravío que los nuevos dramaturgos del presente sugieren recuperar adaptando al autor a los «nuevos formatos».

Incluso una revista, Stern, se ha preguntado si Goethe sigue siendo relevante con el argumento de que cada vez sus obras se representan menos: el virus «woke» que amenaza al creador de Werther, símbolo del romanticismo universal en Los sufrimientos del joven Werther que inspiraron a Massenet para su célebre ópera. Fausto no se representará mucho, pero en los «nuevos formatos» cabe la posibilidad de que no se represente nunca más tal y cómo es en realidad el mito del joven que le entrega su alma al diablo.

Tantas veces utilizar los «nuevos formatos» es como entregar las mismas obras clásicas al mismo diablo. Una figura, la de Goethe, que no se relaciona exclusivamente con la literatura, sino también con la teoría literaria y con la ciencia. Fue director del Teatro Nacional de Weimar e impulsor del carrera de Schiller, otro emblema de la literatura alemana.

Goethe fue literato, científico, botánico, teórico y director en una versatilidad que no hizo menores, sino especiales, ninguno de sus intereses, estudios y dedicaciones. Uno de los mayores orgullos de Alemania que algunos, cómo no, cuestionan ahora, con la intención de minusvalorar sus logros, sus méritos y su ejemplo, diluyéndolos en esa solución corrosiva de los «nuevos formatos».