Una obra sobre mujeres en una sociedad machista japonesa gana el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil

Mónica Rodríguez no es, por suerte, Chus Pato, la Premio Nacional de Poesía 2024. De Umiko, la obra ganadora del premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, el jurado ha destacado su «sonoridad, dominio de los registros y por la belleza del relato en este particular universo». 30.000 euros para la autora de un libro que sabe «conectar con el público al que va dirigido», mayormente mujeres.

Hubiera sido extraordinario que hubiera ganado una novela como Oliver Twist. Pero ha ganado una novela sobre mujeres japonesas en una sociedad machista que nada tiene que ver con la realidad social española. Componente feminista y ¿apropiado y cercano para niños españoles? La portada no es tampoco inocua con una niña semidesnuda al borde el mar entre las rocas. Se decía que Rodríguez no es Pato porque 60 libros para niños y jóvenes sin mayores intenciones de adoctrinamiento conforman una trayectoria llena de premios como el Cervantes chico, el Edebé, el Kiriko, el Anaya o el Gran Angular.

Mónica Rodríguez es Física de carrera y de profesión y hace tiempo que dejó su trabajo en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) para dedicarse a escribir a tiempo completo. Quizá sea la especialidad de la hornada 2024 de los Premios Nacionales, aunque en su extensa bibliografía no faltan los temas necesarios para obtenerlo. Hay una serie de requisitos que se cumplen en algunos de sus relatos, pero no es la norma. En El cuerpo, por ejemplo, un simple vistazo a la leyenda de su contraportada, revela algunas dudas sobre la idoneidad del lenguaje y la propuesta para el público al que va dirigido.

Urtasun la llamó directamente. No se sabe si con la misma alegría que cuando se lo comunicó a Chus Pato, la poeta feminista, comunista e independentista. Rodríguez escribe historias para niños y jóvenes por la vocación incontenible de escribir. Lo ha dicho en muchas entrevistas. Una vez dijo que de su infancia recordaba el bocadillo de chorizo de la merienda y también la merienda de su abuelo: tocinillo de cielo y bitter kas, «la merienda más extraña que conozco».

Los 'Cinco' y Agatha Christie

Vive de los premios porque lo que vende no le da para vivir. Pero se mantiene. De pequeña leía a los Cinco y a Agatha Christie, casi una maravilla en tiempos de amaestramiento que en ella no lo son con esos umbrales y aparentes sentimientos de amor, de sensibilidad, de humildad, sin (casi) apariencia del sectarismo, en algunos casos atroz (aunque Umiko lo toca de lleno) que caracteriza a los ganadores de los premios nacionales.