Urtasun convierte en espectáculo ideológico la devolución de los bienes incautados por el franquismo

El ministerio de Cultura lleva largo tiempo haciendo el inventario de los bienes incautados por el franquismo. Más de 5.000 esperan su conveniente presentación, se diría que como parte de los fastos anunciados por Sánchez, más de cien eventos, con Franco como protagonista.

La sala del Patronato de la Biblioteca Nacional ha sido el escenario del espectáculo organizado por el Ministerio de Cultura, que ha consistido en la devolución de un retrato del filósofo Francisco Giner de los Ríos de niño, obra de Manuel Ojeda y Siles de 1852, a la Institución Libre de Enseñanza, fundada en 1916 e ilegalizada en 1940, antes de ser de nuevo reconocida en la Transición.

Urtasun ha dicho que la actuación se corresponde con «el cumplimiento de una obligación legal», que no es otra cosa que el camino marcado por la Ley de Memoria Democrática, «un gesto de reparación lleno de profundidad y significado», ha explicado el ministro «para hacer valer el espíritu y la letra de la Ley de Memoria Democrática».

«La memoria no es pasado ni mucho menos algo que debamos olvidar», ha dicho Urtasun, siempre y cuando sea solo la memoria parcial de la ley de Memoria, que tampoco se debe olvidar. El ministro dijo que la obra se encontró a finales de los años 60 en un «armario olvidado» de la BNE, y que ahora regresa a «un primer plano» de la historia española.

El presidente de la Fundación Francisco Giner de los Ríos, José García-Velasco, ha expresado que «Esta es una prueba pequeña de que los sueños se cumplen y de que algunas de las luchas tienen resultado», y ha señalado que «la guerra cultural empieza con la desgraciada toma de Madrid en abril de 1939», en la misma línea ideológica de un evento en el que el Gobierno vuelve a traer a Franco a la actualidad luego de casi 50 años de su muerte.