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Detalle de portada. «Primera persona del singular» de Haruki Murakami

Detalle de portada. «Primera persona del singular» de Haruki Murakami

Ficción / Memorias

Murakami, por Murakami

En estos retazos de vida leemos jirones de memoria donde un narrador se intenta explicar a sí mismo con la intuición de que es tarea casi imposible. Un libro para grandes lectores de Murakami.

Detalle de portada. «Primera persona del singular» de Haruki Murakami

TUSQUETS / 279 PÁGS.

Primera persona del singular

Haruki Murakami

Un amigo especialmente sedentario decidió iniciarse en el universo Murakami con el libro De qué hablo cuando hablo de correr. Como era de prever, lo dejó a la mitad con disgusto y sin entender la intensidad del japonés. Algo parecido puede pasar con esta aparente colección de relatos que reseñamos. Es un libro para iniciados, para lectores que ya disfrutan con Murakami. Siendo así, no les defraudará.

A primera vista es una colección de relatos sin demasiada conexión (todos ellos han sido publicados antes, y varios de ellos traducidos en el New Yorker). Incluso el título se corresponde con el último de ellos. Sin embargo, al avanzar en la lectura se vislumbran ciertos vínculos más allá de la voz característica del autor: aspectos formales, temáticos y de asunto que hacen sospechar una intención en su composición y ordenación.

Todos los relatos tienen en común que están escritos, como bien dice el título, en primera persona del singular. El narrador protagonista de todos ellos es un hombre maduro que cuenta a unos lectores muy presentes en el texto acontecimientos que le sucedieron en su vida: encuentros con personas, experiencias casuales, recuerdos que no sabe cómo interpretar. El protagonista solo tiene nombre en uno de los relatos, Haruki Murakami, y si bien en el resto no tendría por qué ser él mismo, tampoco se podría defender lo contrario: todos los narradores son japoneses, tienen una edad similar a la del autor, les gusta la música clásica y el jazz, están casados, no tienen hijos, y son especialmente solitarios. Tal vez, el título no haga referencia a una técnica narrativa sino al asunto que trabaja: yo. En tal caso, los relatos podrían ser diferentes aproximaciones a su propia identidad.

Es un libro para iniciados, para lectores que ya disfrutan con Murakami

Me impactó un enigma que se plantea en el segundo relato: «Un círculo con una multitud de centros y carente de perímetro» y me atrevería a decir que la solución está en el resto del libro. Pero si ahí estaba la clave, ¿por qué se encontraba el texto en segundo lugar? ¿Cuál era el sentido del primer relato entonces? Consulté la edición de Knopf (Murakami, conoce bien el inglés y siempre ha cuidado las traducciones). Efectivamente, el relato «Flor y nata» que menciono, es el que inicia la colección. Sobra decir que recomiendo la lectura origininal.

En otro relato, «Charlie Parker Plays Bossa Nova», tras una narración de hechos especialmente fortuitos, el narrador nos pregunta: «¿Me cree usted, fiel lector? Puede creerme, no me he inventado nada». Esas rupturas del cuarto papel son constantes en los relatos, se crea una situación dialógica en la que el narrador es consciente de su rol y de la importancia de su lector. Quiere contarnos algo. Y eso que nos cuenta es verdad.

Tal vez, el título no haga referencia a una técnica narrativa sino al asunto que trabaja: yo

La presencia fantástica está muy reducida en este libro: no hay extraños gatos, ni piedras que abren universos, ni cadáveres de cabra que albergan pequeños seres conscientes. Solo encontramos un mono que habla y un extraño desenlace en el último relato, el único que no había sido publicado hasta ahora, el que da título al libro y el que, pienso, conlleva la solución al enigma. Si se puede llamar solución.

La narración es para Murakami un método de conocimiento. No se considera filósofo, ni siquiera una persona especialmente inteligente, y precisamente por ello se cree narrador. Es como el dueño de las llaves de todos los palacios romanos en La gran belleza: puede abrir las puertas y mostrarnos lo que hay, pero no lo interpreta, somos nosotros los que tenemos que sacar conclusiones. En su caso, no sabemos si nos muestra las claves o directamente codifica la realidad. Es posible que sea ambas cosas.

Incluiría Primera persona del singular entre sus libros de memorias: sus libros sobre correr, escribir, sus diálogos musicales. Es un libro con el que intenta explicarse, intenta explicarnos, quién es y lo que es la vida para él. De nosotros dependerá ver unos relatos amables, pero sin trama definida o el dibujo de un círculo sin perímetro y con un número extraordinario de centros.

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