'La deshonra de Sarah Ikker', de Yasmina Khadra

La obra Yasmina Khadra –seudónimo femenino de Mohammed Moulessehoul compuesto por los dos nombres de su mujer– gira en torno a la novela policiaca, con todas las virtudes de adicción lectora atribuidas al género, más una aguda crítica social que tuvo su punto álgido en los casos del comisario Brahim Llob de la Trilogía de Argel. En su última novela, La deshonra de Sarah Ikker, nos lleva a Marruecos, y en concreto a Tánger, destino del oficial de policía Driss Ikker, protagonista del relato.

El teniente Ikker investigará la violación de su propia mujer, esa «deshonra» que da título al libro, cuyo caso tanto preocupa a las autoridades y cuyo tabú obsesiona a propios y extraños. Khadra explota al máximo ambos factores; sin necesidad de intervenir como narrador, se basta con las pequeñas reacciones, actitudes y diálogos de sus personajes para presentarnos un sutil retrato de los favoritismos que enmarcan la corrupción, el machismo que conduce a la culpabilización de la víctima, y los prejuicios sociales que conducen a grandes desgracias.