'La casa de las miradas': una novela con ganas de vida

Daniele es un joven poeta de 25 años con mucho trauma y poca ilusión, un joven con muchas ganas de beber y muy pocas de vivir. Ya pasó el tiempo en el que todavía (parecía que) bebía por diversión –¿alguna vez se bebe por pura diversión?– para beber con la intención de evadirse de una vida que no le dice nada.

El drama de Daniele es más exasperante en cuanto que tiene un padre y una madre que lo quieren, unos hermanos que se preocupan por él, y un don para las letras al que entregarse. Pero todo este cariño no le procura ningún alivio, más bien al contrario: el amor se ha convertido en una fuente de dolor.

En el momento en el que lo conocemos, nuestro protagonista comienza a trabajar como hombre de la limpieza en un hospital para niños. Es el empleo más precario en el lugar más trágico posible. En este hospital, Daniele asiste a escenas muy duras, niños con enfermedades terminales, mutilados o fallecidos, padres destrozados… ¿Cómo reconciliarse con la vida mientras uno presencia la más absoluta de las desgracias?

La casa de las miradas es la extraordinaria respuesta literaria a esta pregunta sobre la redención, la salvación, y la esperanza. Es la primera novela de un poeta, el italiano Daniele Mencarelli. Una novela de corte autobiográfico con la habilidad de presentar por añadidura la acción dignificante en el trabajo y el valor de la amistad. Una novela que nos invita a contemplar, a través de la mirada de su protagonista, la belleza que aguarda a ser percibida.