`Los prisioneros de la Armada Invencible´: una aventura de supervivencia en 1588

Este libro no trata de buques, armamento o estrategia militar, sino de personas. Pedro Luis Chinchilla (experto en marketing y creador de la web armadainvencible.org) ha investigado durante dos años lo que sucedió con los hombres que quedaron presos en Inglaterra, Francia, Países Bajos y Escocia tras el fracaso de la expedición que envió Felipe II para derrotar a Isabel I de Inglaterra en 1588. El resultado de su trabajo es una descripción exhaustiva de las penurias y aventuras que vivieron los 3.000 hombres, desde el paje más insignificante hasta el capitán o noble más importante. Además, ha conseguido poner nombres y apellidos a más de 800 encarcelados que habían permanecido en el olvido durante medio siglo.

No es un libro para aquel que quiera adentrarse en la historia general de la contienda, ya hay autores como Geoffrey Parker, Magdalena De Pazzis Pi Corrales, Luis Gorrochategui, entre tantos otros, que escribieron sobre ello. Aunque para los lectores que no estén muy familiarizados con el tema los primeros capítulos explicar cómo empezó el conflicto entre el Imperio español e Inglaterra. Además, al que le guste la polémica sobre cuál es la fórmula correcta de llamar a la expedición: Armada Invencible, Felicísima Armada o gran Armada, se sorprenderá al descubrir la explicación que da Luis Chinchilla, a la que dedica un capítulo entero.

A partir de ese contexto, empieza una detallada descripción sobre los presos (marineros, grumetes, soldados de los Tercios, capitanes y nobles), sus vivencias, los naufragios, las detenciones, los horrores vividos en cárceles como Galway, Drogheda o Bridewell, las fugas y el trato tan diverso que recibían según su linaje, el empleo o la cortesía de sus captores. Por ejemplo, en Escocia, Jacobo VI ayudó a un gran número de españoles a huir de la isla, al igual que varios jefes tribales irlandeses, aunque muchos otros miembros de la Armada sufrieron torturas y maltrato en regiones de Irlanda, Francia y los Países Bajos rebeldes.

Según avanza la lectura se conoce a alguno de estos protagonistas, con orígenes muy diversos: genoveses, venecianos, portugueses, flamencos, gallegos, mallorquines, cántabros, etc. También tenían edades muy diversas: uno de los más jóvenes fue Gonzalo Fernández, un paje de 13 años, y Francisco de Ontiveros, condestable (artillero) veterano de 60 años. Algunos pusieron por escrito lo que habían padecido, como el capitán Francisco de Cuellar, pero muchos otros quedaron en el anonimato hasta la publicación de este libro.

Jacobo VI ayudó a un gran número de españoles a huir de la isla, al igual que varios jefes tribales irlandeses

Para seguir la aventura, la narración se divide en capítulos que hacen viajar al lector por las regiones en las que fueron apresados los hombres. Una vez situados en las costas de Irlanda o Países Bajos, el capítulo se divide en embarcaciones: naos, bateles y galeazas, para contar la suerte que corrió la dotación de cada una de ellas. Esto facilita seguir un tema tan concreto, que puede abrumar en ocasiones por la gran cantidad de información. No obstante, el estilo sencillo a modo de crónica permite al lector introducirse de lleno en la odisea personal de cada protagonista.

Los prisioneros de la Armada Invencible, no acaba con la última página, es casi un libro multimedia. En su anexo incluye accesos web a un mapa de los lugares relacionados con los presos y un listado completo de prisioneros de 1588, a los que se puede entrar con un código QR a través del teléfono móvil. Por si fuera poco, en las últimas páginas hay dos tablas: una de las casi 800 personas apresadas que se citan en libro, y una segunda con los datos totales de fallecidos y rescatados según el país de cautiverio y la embarcación.