Monjas, republicanas, feminismo e historia impregnan el nuevo libro de Julia Navarro
Durante la presentación de su nueva obra, a la que incluso asistió Felipe González, los amigos de Navarro han alabado su humildad y la «necesidad» de que se «reivindique» una historia en la que estén incluidas las mujeres
La escritora y periodista Julia Navarro (Madrid, 1953) ha presentado este miércoles su nuevo libro Una historia compartida, el primero de su corpus que no es novela, sino que se trata de un recorrido histórico y personal a la vista de una serie de mujeres que, como ejemplos a seguir para ella, le han marcado la vida.
Cleopatra, Simone de Beauvoir, Santa Teresa, Emily Dickinson, María Zambrano, Dido y Christine de Pizan son algunos de los nombres que aparecen en la obra. No obstante, no todo son figuras conocidas y no todo son mujeres. Una historia compartida: con ellos, sin ellos, por ellos, frente a ellos, habla de la relación entre hombres y mujeres. Navarro dice que «la historia la han escrito hombres hasta el siglo XXI, y han ignorado a las mujeres» indicando que «ahora no se trata de escribir una nueva historia, sino una historia compartida. La historia es de todos.»
El acto ha comenzado con una serie de interpretaciones por parte de la cantante Sheila Blanco que, tocando el piano y con gran dominio de su voz, ha dado vida a poemas de Rosalía de Castro (Negra sombra), Carmen Conde (En la tierra de nadie) y Elisabeth Mulder (Roja toda roja) que, como ella misma ha declarado, son una gran fuente de inspiración.
¿Una interpretación anacrónica de la historia?
Tras este comienzo musical tuvo lugar la mesa redonda en la que participaron la propia escritora, el periodista Juan Cruz, el filósofo José Antonio Marina y la ministra de defensa, Margarita Robles (PSOE). Juan Cruz es quien comenzó el turno de intervenciones con un agradecimiento al expresidente Felipe González (quien se hallaba presente): «Cuando yo trabajaba en El País, siendo Felipe González el hombre más influyente de España, le preguntaron un día qué libro recomendaría, y pudiendo haber recomendado muchos libros, eligió el de una mujer: Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar», a lo que prosigue afirmando que con ello contribuyó a que fuera un éxito en las librerías. El libro, según Cruz, está «hecho con la agudeza del conocimiento», poniendo en valor personas que «pasaron a la historia como nada, habiendo sido todo».
Prosiguió echando en cara el desconocimiento patente del papel de las mujeres en la historia: «Entérate tú, que no sabes quienes son». Una de las figuras que destacó fue la de la reina faraón (que no faraona) Cleopatra, de quien llegó a decir que «estuvo a la altura de César». En verdad no es así, a pesar de que la figura de Cleopatra esté rodeada de clichés, no se puede comparar a la reina con una de las figuras más importantes de toda la historia universal, sobre todo teniendo en cuenta los métodos que esta empleó para intentar que su trono no pereciera, primero uno (César) y luego otro (Marco Antonio). El periodista concluyó afirmando que «hacía tiempo que yo quería leer un libro como este».
Mucha amistad y un poco de presunción
La segunda intervención corrió a cargo de José Antonio Marina, quien comenzó alabando la discreción y humildad de la escritora «queriendo que no se note la preparación del libro». Destacó a Christine de Pizan por su obra La ciudad de las Damas en la que defiende al sexo femenino frente a la crítica misógina que se le había hecho en el Roman de la Rose a finales de la Edad Media. La siguiente en ser alabada fue la actriz Hedy Lamarr que además de ser una de las actrices más famosas de Hollywood, fue una gran ingeniera, demostrando que una cara bonita también podía ser muy inteligente. Lamentándose de que Navarro no haya incluido «mujeres-políticas», sí que hizo hincapié (Marina) en los grupos de pensamiento femeninos que terminaron con la Guerra Civil.
Después del filósofo, el turno fue para la ministra Margarita Robles, quien desprendía un gran cariño por la escritora que, gracias a este nuevo libro, «nos deja conocer una parte de ella, es como ver un álbum de fotos, ves su familia». La ministra se refiere a la inclusión que Navarro hizo de sus propios familiares en la obra. «Es bonito que le hagas este homenaje a tu familia», declaró, aprovechando después para contar algunas de sus experiencias en Turquía donde estuvo en contacto con algunas de las víctimas del terremoto. Sobre esto y a pesar de que apoyen a los musulmanes, Robles llegó a afirmar que estaba segura de que si uno de aquellos padres, que decían que si su hija había muerto lo dejaba en manos de Alá, no sucedería lo mismo con su hijo. Una de los episodios comentados resultó ser episodio que aconteció entre una pequeña Julia Navarro y una monja (profesora) de su colegio: al parecer esta, después de un día entero intentado que Navarro se bebiera un vaso de leche, se lo intentó hacer tragar a la fuerza, por lo que la niña le mordió. «Yo creo que no la mordí con suficiente fuerza», comentó después la autora.
Controversias: religiosos y feministas
Las monjas y personas religiosas tuvieron un papel algo destacado en la presentación. José Antonio Marina se sorprendió de que un capítulo entero estuviera dedicado a monjas. Ante esto, Navarro se defendió diciendo que, a pesar de que le costaba perdonar a esa profesora que la había obligado a tomarse el vaso, cuando pasaron los años y siendo periodista tuvo que viajar a lugares llenos de guerra y miseria, cuando todas las personas, todas las ONGs, embajadas y demás instituciones abandonan aquellos sitios, «las monjas y los religiosos son los únicos que se quedan y ayudan».
Por otra parte, tanto Robles como Navarro, quien habló en último lugar se posicionaron en contra de la llamada «cuarta ola» del feminismo. «Porque me arruino, pero si no empezaría a mandarlas a la parra», dijo la escritora. «Se creen que hasta que no llegó el feminismo no hubo defensa de las mueres», comentó la ministra, a lo que añadió «la lucha de las mujeres no es contra los hombres, tú (Navarro) lo dices muy bien».