'Volver a cuándo': la revolución que devora a sus hijos
María Elena Morán ha obtenido el último Premio de Novela Café Gijón con una novela excepcional sobre Venezuela y los venezolanos de dentro y de fuera del país
Morán se ha enfrentado en esta novela al difícil reto de contar la realidad de su país, y su propia realidad, en formato ficcional. Esto significa que tiene que combinar verosimilitud, músculo narrativo y sinceridad con calidad estética. En mi opinión ha logrado su objetivo a la perfección. Aun siendo un texto muy personal, ha esquivado magistralmente el lugar común, el victimismo y el panfletarianismo, del mismo modo que no evita darnos una visión amplia y humana de la crisis venezolana.
Y todo con buena literatura: Volver a cuándo continúa la tradición modernista anglosajona con ciertos toques latinoamericanos, aun sin entrar en el realismo mágico. Tiene mucho de Virginia Woolf y más de William Faulkner: flujo de conciencia y multiperspectivismo que nos lleva a una narración con el peso puesto principalmente en los personajes y un tono lírico que provoca una lectura cautivadora.
siruela / 239 págs.
Volver a cuándo
La novela está protagonizada por los componentes de una misma familia: Nina está buscando una mejor vida para su familia en Brasil mientas su madre Graciela y su hija Elisa malviven en Venezuela. Su exmarido Carmelo, mientras tanto, tiene una vida regalada gracias a su trabajo en el gobierno y el dinero de su familia. Cada capítulo salta de un personaje a otro, introduciéndonos en sus pensamientos y deseos más profundos y dando cuenta de motivaciones y justificaciones. Gracias a ese mecanismo, tenemos una comprensión de la realidad mucho más rica que la simple exposición de los hechos, pues tras el tamiz de la subjetividad tal vez no se nos muestre toda la verdad pero sí mucha verdad.
En muchas ocasiones existe la opinión de que la crisis en la que está sumida Venezuela está provocada por la falta de escrúpulos de una minoría en el poder que se aprovecha del desconocimiento de una población manipulada e inculta. Como tantas veces, es posible que sea verdad, pero pienso que no puede ser toda la verdad. Morán nos introduce en una familia de clase media que contribuyó al cambio de gobierno porque creía sinceramente que la revolución solventaría las injusticias del país. Varios años después de la muerte de Chávez (al que lloran como tantos venezolanos), contemplan impotentes la desgracia en la que están sumidos, con una moneda devaluada hasta el extremo, un sistema eléctrico incapaz de dar más que unas pocas horas de luz al día y una carestía total de alimentos y bienes básicos. Nina decide emigrar cuando advierte que a su hija de doce años se le caen los pantalones por pura desnutrición.
Porque la novela no solo describe la dura vida del país. Una parte importante está centrada en las vivencias de los exiliados pobres que tienen que sobrevivir en otro lugar, rebajando sus estándares de vida para poder ahorrar algo de dinero para sus familias. Diría que aquí los venezolanos nos son muy diferentes a otros inmigrantes. En la novela al menos se refleja el contraste entre las aspiraciones vitales que tenían y la realidad en la que ahora se desenvuelven. Nina, hija de profesor universitario y de secretaria, ella misma activista política, se ve obligada a limpiar cuartos de hotel y casas particulares.
María Elena Morán ha escrito un libro serio sobre Venezuela y sobre la condición humana. Es una novela emocionante que atrapa al lector desde el principio gracias a un estilo fluido y de una gran expresividad de estilo
Pero no se trata, solo, de una novela documental sobre la Venezuela actual. Los conflictos de los protagonistas trascienden una situación concreta y nos introduce en las dificultades de las relaciones familiares: Carmelo está desesperado por recuperar a su mujer y pierde todo escrúpulo para lograrlo, Graciela es una mujer derrotada que solo habla con los muertos, Elisa no ha vivido otra vida que esa y aprende a pesar de su corta edad a ser el sostén físico de su abuela y el emocional de su padre.
María Elena Morán ha escrito un libro serio sobre Venezuela y sobre la condición humana. Es una novela emocionante que atrapa al lector desde el principio gracias a un estilo fluido y de una gran expresividad de estilo. Consigue que nos identifiquemos con los personajes y entendamos una situación social y política con toda su complejidad.