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Carmen Mola

Agustín Martínez, Jorge Díaz y Antonio Mercero (Carmen Mola)

Carmen Mola: «'El Clan' es la obra más aterradora que hemos escrito. Lo siguiente serán novelas individuales»

Los ganadores del Premio Planeta se despiden de la saga que ha cosechado una legión de seguidores con una novela en donde ponen la mirada sobre la indiferencia hacia la desigualdad social. Y mientras deciden qué rumbo seguirá Carmen Mola, los escritores anuncian novelas individuales

Hablar con Agustín Martínez, Jorge Díaz y Antonio Mercero siempre es un placer. Los ganadores del Premio Planeta 2021 por La Bestia siempre gastan buen humor. El Debate se ha citado con ellos en esta ocasión para charlar sobre su último libro, El Clan, que supone el fin a una saga de cinco que los tres escritores iniciaron en 2017 cuando dieron vida a la inspectora Elena Blanco. El thriller se convirtió en un fenómeno editorial y en estos siete años, según confiesan, les ha convertido en mejores escritores. Ahora toca decirle adiós...

—¿Qué se siente al despedirse de Elena Blanco?

—Agustín Martínez: Pena. Es un personaje que nos ha dado muchísimo más de lo que podíamos imaginar. Cuando estábamos escribiendo El Clan, sabiendo que era la última vez que escribíamos sobre ese personaje y todos los de alrededor al que les hemos cogido muchísimo cariño, pues daba pena, pena por abandonarlos. Pero, por otro lado, nos parece que era el momento oportuno. Tenemos cinco novelas que son muy contundentes, que funcionan muy bien y dibujan muy bien el arco dramático de todos los personajes, sobre todo el de Elena. No queríamos eternizarnos con más y más novelas por miedo a desprendernos de ella. Queríamos que tanto los lectores como nosotros nos quedáramos con ganas de más. Así que había llegado el momento. Toca despedirse y seguro que dentro de un año, cuando nos sentemos ahí a pensar qué vamos a hacer, la vamos a echar muchísimo de menos.

—¿A quién le ha costado más despedirse de Elena?

—Jorge Díaz: Yo creo que al que más le ha costado, porque es el más sentimental de nosotros, es Antonio. Agustín y yo somos más fríos. Yo no sé si nos miente, pero Antonio siempre nos dice que las últimas páginas las escribió con lágrimas en los ojos. Yo creo que es un poco exagerado…

—Antonio Mercero: No, es verdad. Yo me emocioné mucho. Me daba pena. Es que una cosa bonita que tienen los personajes de ficción es que cobran una extraña realidad cuando se te meten dentro. Y para mí era como despedirme de una buena amiga o de una tía muy querida. Me dio mucha pena.

—Y no han pensado hacerle a Elena Blanco y a toda la saga una especie de funeral, para llevar el duelo mejor...

—(Martínez): (Risas) No es mala idea. Igual hay que hacerle una despedida por todo lo alto, tipo una fiesta o algo.

—(Díaz): Una fiesta con grappa y con karaoke.

—Han pasado siete años y me gustaría que me dijeran por qué en ese momento decidieron apostar por la novela negra.

—(Martínez): Decidimos apostar por la novela negra o thriller porque era el género que mejor se acomodaba al trabajo de autoría colectiva, aparte de que nos gusta mucho a los tres y ya habíamos trabajado thriller, tanto en novelas como en series de televisión. Lo que estuvimos dándole vueltas era cómo encontrar un punto de vista que fuera distinto a lo que ya existía y fue cuando encontramos esta cosa de una novela negra que se atrevía con temas un poco más violentos, con situaciones más escabrosas y que no nos temblaba mucho el pulso escribiendo La novela gitana, ni las que vinieron después.

—Esta es la quinta entrega de la saga, pero la primera de las novelas que publica Planeta y no Alfaguara. ¿Cómo ha sido este cambio de editorial?

—(Díaz): Ha sido muy natural. Cuando ganamos el Premio Planeta tuvimos una experiencia fantástica con la editorial, la misma que habíamos tenido con Alfaguara. No vamos a compararlas porque en las dos hemos estado muy a gusto. Pero empezamos a trabajar con Planeta y esta última novela la publicamos con ellos. A estas cosas los escritores no le damos tanta importancia. Nosotros escribimos la novela y el resto son más cosas de agentes, contratos... nosotros nos limitamos a hacer nuestro trabajo lo mejor posible.

—En la novela se describen hechos muy crueles, pero reales. Han pretendido hacer una crítica a la sociedad en la que vivimos.

—(Mercero): Sí, creo que la novela negra se presta mucho a la crítica social, a destapar zonas oscuras de la sociedad. Los escritores siempre nos fijamos en los momentos infelices, conflictivos, dramáticos, que nos den juego a las historias a la hora hacer el trasfondo social y la crítica social. En esta novela estamos posando la mirada sobre la indiferencia general hacia la desigualdad social terrible que nos rodea y, más particularmente, hacia los poderes fácticos que hacen una explotación económica de esa desigualdad. Es lo más terrible y lo que creo que convierte esta violencia y maldad en la novela más aterradora que hemos escrito.

—¿Buscan dejar un mensaje a los lectores?

—(Martínez): No, ni con este libro, ni con la saga. No pretendemos dejar ningún mensaje. No hacemos una literatura de tesis o panfletaria. Lo que sí hacemos es centrar las tramas en puntos conflictivos de nuestra sociedad, más o menos oscuros o que son dudosos a nivel moral, para que el lector saque sus propias conclusiones. Nosotros en El Clan estamos hablando de corrupción del sistema, de tráfico de personas, armas y órganos. Ponemos temas sobre la mesa, igual que pusimos los vientres de alquiler en Las madres, pero nosotros no damos una conclusión. No queremos hacer eso. Somos escritores, no ideólogos.

Antonio Mercero, Jorge Díaz y Agustín Martínez

Antonio Mercero, Jorge Díaz y Agustín MartínezEditorial Planeta

—¿Cuál creen que ha sido la clave para que la saga se haya convertido en un fenómeno editorial?

—(Díaz): Eso siempre es difícil de saber... Si lo supiéramos lo repetiríamos una y otra vez y seríamos los escritores más vendidos del mundo. Pero creemos que hemos acertado con varias cosas. Empezamos a poner unos matices en el thriller que en el momento estaban menos usados. No quiere decir que los inventamos, ya había ejemplos tanto en España como fuera. Acertamos con un personaje que a la gente le ha gustado mucho, que fue Elena Blanco. El título de La novia gitana llamó mucho la atención y nos colocó muy bien. Pero siempre tenemos la sensación de que hay mucho de casualidad en los éxitos y en los fracasos. Si la novela hubiera salido una semana después y la semana de después hubiera habido un lanzamiento de alguien, pues quizás hubiera quedado oculta. Entonces ahí juega también la suerte. Creo que hay matices pequeñitos que, de repente, todos confluyen. Hay miles de motivos y ninguno es completamente fundamental, pero todos coincidieron y nosotros somos los afortunados que estaban en el momento justo, en el lugar adecuado.

Somos los afortunados que estaban en el momento justo, en el lugar adecuadoJorge Díaz

—¿Haciendo un poco de introspección, qué les ha podido enseñar Elena Blanco a cada uno?

—(Mercero): Ella como personaje la hemos puesto en dilemas morales muy abrasadores, la hemos llevado al límite y en multitud de ocasiones la hemos puesto al filo del abismo, le hemos hecho caer... Pero a mí me ha enseñado como escritor a llevar al personaje al límite de la experiencia, que es lo que debe hacer un buen escritor; a quitarme pudores e inseguridades a la hora de escribir. Han sido muchos años de ir probando y de también beneficiarme del talento de mis compañeros que te empujan más y más. Y creo que los tres somos mejores escritores ahora que hace siete años. El personaje es de un calado humano... es una mujer resistente, una luchadora y sobre todo una mujer que se da cuenta de que en la oscuridad que nos rodea, la única respuesta y el único asidero está en el amor. Eso sería una definición de Elena Blanco y es un buen mensaje desde el personaje para aprender.

—(Martínez): Yo creo que sobre todo nos ha enseñado a ser mejores escritores. Y en este proceso de creación colectiva, a disfrutar muchísimo del talento ajeno, es la clave de Carmen Mola.

—(Díaz): Por completar algo... cuando empecé a escribir alguien me dijo una frase que me pareció muy acertada: 'No todos los dramas son familiares, pero todas las familias son un drama'. Y entonces, para funcionar la BAC tenía que ser una familia y es lo que hemos conseguido, que gente que no está unida por lazos familiares, al final termina formando una especie de familia literaria: Mariajo, Elena, Nuño, Zárate... en realidad forman una familia y cuando llegamos al final, a El Clan, en realidad es una familia que se desmorona. Creo que eso es un aprendizaje que me va a servir para posteriores trabajos.

En la oscuridad que nos rodea, la única respuesta y el único asidero está en el amorAntonio Mercero

La novia gitana y La red púrpura han sido adoptadas a la televisión en miniseries. ¿Va a haber continuación?

—(Mercero): Se están preparando ahora los guiones de La nena, que es la tercera de las novelas. Supongo que esa también se rodará y esperemos que se terminen haciendo las cinco. De momento, todo va bien.

—¿Participan en los guiones o se mantienen al margen?

—(Martínez): No, estamos al margen. Participamos, Antonio y Jorge sobre todo en La novia gitana, y en La red púrpura Antonio escribió algún capítulo, pero en La nena lo hemos dejado completamente en manos del equipo que ha estado haciendo la serie por una cuestión de tiempo y también de respeto, porque una vez que entra otra gente a adaptar tus novelas va a dar un nuevo punto de vista y creemos que eso es bueno también. Que quien llegue aporte algo nuevo a la historia.

—¿Qué valoración le dan a estas dos miniseries que ya se han lanzado?

—(Díaz): Es evidente que hay cosas que han mejorado y cosas que nos gustaban más cómo estaban. Pero sobre todo, tenemos que mantener el máximo respeto por el trabajo que han hecho ellos y no valorarlo. Nuestra valoración sería injusta y no queremos entrar en polémicas.

—¿Y creen que Elena Blanco algún día podría llegar a la gran pantalla?

—(Mercero): Podría ¿por qué no? Son buenas historias. Cualquiera de las novelas podría ser una película, pero de momento no vamos a ser avariciosos. Está muy bien con que se está haciendo en tele y de momento nos conformamos con eso.

—En el horizonte de los nuevos retos, ¿repetirán thriller o novela histórica? ¿O tienen ansias de explorar otros géneros?

—(Martínez): En realidad no tenemos ni idea de qué vamos a hacer a continuación. Acabamos de terminar El Clan y estamos en plena promoción, todavía en la burbuja de la última novela y no nos hemos sentado a pensar cuál va a ser el siguiente paso de Carmen Mola. En enero o así empezaremos a darle vueltas. Yo creo que andará por el territorio del thriller. Ya veremos si es thriller histórico o contemporáneo, porque al final este género es como un cajón de sastre en el que caben historias muy distintas. Así que creo que iremos por ahí porque es un formato en el que los tres nos sentimos muy cómodos trabajando y nos gusta mucho. Mientras tanto, lo que se va a encontrar el lector en la librería el año que viene son novelas individuales de cada uno de nosotros que irán saliendo a lo largo del año. Hemos decidido también apostar por nuestras carreras individuales, a ver qué tal. Estas novelas cubrirán el lapso de tiempo entre El Clan y la próxima novela de Carmen Mola.

Lo que se va a encontrar el lector en la librería el año que viene son novelas individuales de cada unoAgustín Martínez

—Sobre las novelas individuales, ¿se puede desvelar algo ya de ellas?

—(Díaz): Poco podemos decir porque todavía estamos en los últimos procesos de redacción de borradores y de ir afinándolos. Saldrán a lo largo del año que viene. No serán miniMolas, sino que será una novela de Agustín, una novela de Antonio y una novela de Jorge con lo que eso tiene de bueno y de malo, que creemos que es más bueno que malo. Antonio De las novelas. Yo, por ejemplo, tengo la redacción muy avanzada, pero todavía no tengo ni título.

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