‘Bestias de Acero’: cien años de unidades acorazadas en el Ejército español
Cuando los conflictos bélicos actuales han puesto en cuarentena el futuro de los grandes sistemas de armas, el especialista en historia de los carros de combate Raúl José Martín Palma repasa con gran pulso narrativo el pasado y el presente de las unidades acorazadas de las fuerzas armadas españolas.
En el momento en el que este libro ve la luz, la guerra de Ucrania va camino de alcanzar los tres años de duración. En oriente próximo las hostilidades se desataron hace ya más de un año. Estos conflictos bélicos han vuelto a abrir el sempiterno debate sobre el valor de los medios blindados y acorazados en los campos de batalla. La proliferación de drones, poderosas armas individuales anticarro, sofisticados sistema de misiles, etc., han favorecido la postura de los que abogan por una infantería ligera dotada de novedosas armas portátiles de gran efectividad frente a los partidarios del despliegue de vehículos pesados. Esta situación se agudizó vista la rapidez con la que los carros de combate fueron destruidos en los inicios de la guerra de Ucrania. Aunque esto no está siendo así en los combates irregulares de Gaza. Pero, por otra parte, los carros de combate actuales cuentan con sofisticados sistemas de protección frente a todo tipo de ataque, además de una muy alta probabilidad de impacto al primer disparo, lo que aumenta enormemente su supervivencia en el campo de batalla.
La Esfera de los libros (2024). 440 páginas
Bestias de Acero. Cien años de unidades acorazadas en el Ejército español
De cualquier forma, se trata de una cuestión que sigue abierta en el seno de todos los ejércitos mundiales y, lógicamente, también entre los responsables del Ejército de Tierra español. La cuestión básica es ¿merece la pena invertir grandes recursos humanos y económicos en medios de combate pesados? A esto hay que sumar el prolongado periodo de adiestramiento de las tripulaciones.
A lo largo de los últimos cien años, los distintos gobiernos españoles y los máximos responsables de sus fuerzas armadas han trabajado para dotar a la nación de los recursos militares para la defensa de España con una suerte y capacidad dispares. Aunque, en términos generales, tradicionalmente se han invertido escasos recursos económicos en defensa. En nuestros días las fuerzas acorazadas españolas forman parte de un ejército numéricamente muy reducido, tanto en efectivos como en material.
En la reciente historia militar, el carro de combate ha sido el arma definitiva en los grandes campos de batalla. En la Primera Guerra Mundial los recién nacidos carros combate fueron determinantes para la ruptura del frente occidental. En la Segunda Guerra Mundial tanto el carro de combate en tierra como el portaviones en las operaciones navales fueron las armas fundamentales en los distintos escenarios bélicos. En las guerras árabe-israelíes, la eficiente utilización del carro de combate dio siempre la victoria a Israel. Al comienzo de la guerra de Ucrania parecía que el puño acorazado de Rusia iba a decidir la guerra en unos pocos días; sin embargo no ha sido así.
Bestias de acero detalla cómo el Ejército español se dotó de sus primeros medios acorazados a renglón seguido de la aparición de estos ingenios en los campos de batalla. Fueron organizadas unidades pioneras de Infantería y Artillería que recibieron su bautismo de fuego durante las sangrientas guerras de Marruecos. La Guerra Civil sería testigo del mayor enfrentamiento entre carros de combate de la historia hasta ese momento. La posguerra fue el tiempo de sobrevivir, aunque nació la primera gran unidad acorazada del Ejército de Tierra. Posteriormente vendría un periodo de pujanza, de modernización, de eclosión de medios y unidades. Tras años de vaivenes, llegamos hasta nuestros días en los que España dispone de un exiguo número de unidades acorazadas, aunque excelentemente preparadas para afrontar las misiones que les sean encomendadas.
Para desgracia de España y de sus fuerzas armadas, la industria española ha sido incapaz de fabricar sus propios carros de combate y vehículos acorazados y blindados hasta hace muy poco y únicamente de forma parcial. Carros soviéticos, italianos, alemanes, franceses, y norteamericanos han sido la base de las unidades acorazadas españolas. Los sueños del entonces capitán Verdeja de que España fabricase sus propios carros de combate se han cumplido sólo parcialmente.
Para los interesados en la historia militar, en la historia de las unidades dotadas de vehículos acorazados y blindados, Bestias de Acero es el trabajo más serio, riguroso y mejor documentado existente en la actualidad. Martín Palma nos aporta una visión de largo recorrido, completa, de la historia de las fuerzas acorazadas españolas. Este libro toma como base años de investigación en archivos y de trabajo de campo con los vehículos y los hombres que han servido en las unidades acorazadas españolas.
Como he señalado, permanece abierto el debate sobre el papel que en el futuro tendrán los carros de combate en nuestras fuerzas armadas. La lectura de esta monografía, en la que se analizan con detalle todas las vicisitudes que han llevado a que el Ejército de Tierra español sea como actualmente es, puede ser, sin duda, una importante aportación para aquellos que tienen la responsabilidad de decidir cuál va a ser el futuro de los carros de combate dentro de la Fuerzas Armadas españolas.